Ana Hernández/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Cada año, decenas de personas acuden al Registro Civil de Mérida para modificar sus nombres en alguno de estos tres casos: cambio, adición o supresión.

Los motivos son diversos, y aunque parezca un poco extraño, a veces las personas cambian su nombre para quedar con el que son conocidas y no con el que fueron registrados, sin importar que sean muy diferentes.

Sin embargo, realizar estos cambios que, de acuerdo con la ley solo pueden efectuarse cuando se cumple la mayoría de edad, implica notificarlo a todas las instituciones: para obtener una identificación oficial con fotografía, actualizar los documentos de instituciones educativas y para darse de alta ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), o realizar algún trámite legal ante notarios.

La directora general del Registro Civil, Martha Góngora Sánchez explicó que este procedimiento no exime al responsable de enfrentar alguna situación legal o penal que pudiera surgir con el cambio de nombre.

“No es que deje de existir ‘fulanita’ o ‘fulanito’, porque en el acta de nacimiento se inscribe una observación que indica que realizó el procedimiento de cambio, y queda constancia también en la oficina, porque la ley establece que este cambio sólo se puede realizar una vez; si no existiera este límite, sería muy confuso que cada vez que quiera el ciudadano adopte un nuevo nombre”, comentó.

Único cambio

Martha Góngora precisó que entre los casos que han atendido, las personas se cambian el nombre porque les gusta más uno de los dos con los cuales fueron registrados, pero como durante su etapa educativa, al menos hasta la prepa (en que alcanzan la mayoría edad), en el pase de lista le llaman por el que menos le gusta, entonces optan por quitárselo o dejar sólo el que les gusta; otros, por años son llamados con un nombre cuando en realidad fueron asentados con otro, así que adoptan aquel con el que son conocidos.

También hay quienes creen que su nombre es feo y deciden cambiárselo, en algunos casos porque los registraron con el nombre de sus abuelos o abuelas o del día del santo; también porque los diminutivos o las combinaciones de sus nombres y apellidos son utilizados para mofarse de ellos.

En cada caso se respeta el derecho de las personas de hacer las modificaciones que consideren pertinentes, y se les explica que deben estar plenamente convencidos de lo que harán, porque ese cambio será el único.

• Para realizar el cambio de nombre, el interesado debe ser mayor de edad.
• Acudir a cualquiera de las oficialías del Registro Civil donde se registró su nacimiento.
• Presentar original y copia del certificado del acta de nacimiento y de la identificación oficial con fotografía.
• Llenar la solicitud que para tal efecto tiene el Regisatro Civil.
• Pagar el costo, que es de $138, que incluye una copia certificada del acta con el nuevo nombre.

Sin límites

En Yucatán no existen limitantes para que una persona decida qué nombre(s) ponerle a sus hijos, como sí ocurre en algunas entidades del país, pero en caso de que elijan un número, no se usa la escritura arábiga, sino las letras.  

En algunas entidades se han adoptado medidas para evitar nombres raros. Por ejemplo, en Sonora el Registro Civil tiene una lista de más de 60 nombres denigrantes o peyorativos, y que vulneran derechos de los menores.

En esa entidad el norte del país, la lista de nombres "prohibidos" abarca franquicias de comida o modelos de vehículos, actores principales de películas de ficción, acción, abreviaciones del vecino país del norte, hasta algunas abreviaturas del calendario: All Power, Anivdelarev, Aguinaldo, Batman, Cheyenne, Indio, Circuncisión, Escroto, Email, Facebook, Lady Di, Masiosare, Rambo, Terminator, Virgen, Yahoo y Zoila Rosa.

En Querétaro no hay una lista, pero se pide que no se usen aquellos  que provoquen “desprecio, mofa o burla”. En Michoacán y el Distrito Federal, el oficial del Registro Civil debe hacer la observación.