'Espolones' dañan playas yucatecas

Estas estructuras son un riesgo considerable para las familias que disfrutan de las playas.

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A pesar de ser estructuras prohibidas por la autoridad ambiental, que dañan el paisaje y modifican la línea de costa, los “espolones costeros” están volviendo a aparecer en la playa.

La zona costera de nuestros país es un espacio regulado por una normatividad ambiental federal dentro de la Ley General de Bienes Nacionales y administrada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). La administración, uso y/o disfrute de la franja conocida como zona federal marítimo terrestre y terrenos ganados al mar (Zofemat) es muy compleja, ya que cada estado tiene sus propias complicaciones al momento de aplicar la ley y eso hace que la zona federal en muchos casos se convierta en un buen negocio para quienes aprovechan estos espacios y crean diversas actividades de explotación comercial.

En Yucatán han sido varios los intentos de regular la zona federal, varios también los programas para recuperar el área arenosa de la costa y evitar que el agua entre tierra adentro y dañe las propiedades que ahí se ubican. De manera histórica y, según los especialistas en el tema, la construcción de la llamada “Isla Cervera” generó un efecto de retención y desvío de sedimento (arena), agudizó el proceso de erosión costera, y como en la mayor parte de los 360 kilómetros de playas que tiene Yucatán hay construcciones de vivienda particular de todos los precios posibles, con el daño a esas propiedades, lejos de ser un disfrute tener casa frente al mar, se vuelve una pesadilla para los propietarios.

La cultura social del yucateco tiene como factor de entretenimiento y disfrute ir a la playa, y gran cantidad de personas tiene una propiedad en la zona, la cual usa en las temporadas de Semana Santa y de verano, incluso hay quienes las dan en renta.

El problema hoy día es que han aparecido nuevas estructuras de espolones (hechas de palo y rellenas de piedra) violando todas las normas ambientales, y los constructores de dichas estructuras aseguran estar protegidos por la Semarnat, lo que pone en desventaja a la Profepa a la hora de la inspección y aplicación de la ley. Los espolones deben valorarse y evitar que nuestra playa, además de verse fea, sea un riesgo para las familias cuando estén en su agradable baño de mar.

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