La gratuidad del perdón

Reflexionemos y “Perdonemos 70 veces 7”. ¡Divina sabiduría!

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Algo es gratuito cuando lo disfrutamos sin pagar.- Diccionario Larousse

Es verdad que el ser humano necesita ejercer el perdón para continuar viviendo. Quienes no quieren perdonar, o se dicen incapaces de hacerlo, no pueden negar que el ser humano necesita dar su perdón para vivir mejor, aun físicamente. Perdonar es indispensable para la salud. En cambio la cólera, el miedo, la agresividad, la culpabilidad y otros sentimientos negativos son malignos para el buen funcionamiento del organismo. Sentirse bien consigo mismo y tener buenas relaciones con las personas que nos rodean es muy importante.

Toda injusticia y toda ofensa tienen repercusiones no solamente en quien es víctima de las mismas sino en muchas otras personas por los efectos colaterales. Podemos afirmar que también el perdón y sus beneficios van más allá de la víctima que perdona a su ofensor, ya que repercute en sus demás relaciones. Perdonar no implica continuar en relación con el ofensor.

Al afirmar que el perdón es cuestión de supervivencia es porque no sólo es para una persona sino repercute en la sociedad. Sin perdón, la vida en grupo sería infernal. Sin él no podemos superar los deseos y acciones de venganza, poniéndole freno a la maldad, y a la espiral de violencia que devasta nuestro mundo. Sin perdón, es imposible rehacer historias familiares, de pareja, de trabajo, entre las naciones, etc. El perdón conlleva no desear el mal a aquellos que nos han herido sino desear que encuentren armonía con ellos mismos y con los demás, corrigiendo sus malas actitudes y acciones para encontrar la paz y una sana convivencia.

Hay absoluta libertad para otorgar el perdón. Éste queda fuera del alcance del ofensor que se reconoce culpable. Es imposible obtener el perdón a la fuerza, ya sea de un cónyuge, un amigo, un pariente, un hijo, un compañero de trabajo o cualquiera a quien se hubiera perjudicado. El verdadero perdón se da cuando el ofendido lo quiere otorgar, por lo que quien ha herido a otro se encuentra totalmente dependiente de ese otro y de su buena voluntad.

Reflexionemos y “Perdonemos 70 veces 7”. ¡Divina sabiduría!

¡Ánimo! hay que aprender a vivir.

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