Una gran noticia llegó a mi celular: por fin se habían dejado de discutir temas baratos y se pensaba, como hace mucho no se hacía, en la totalidad de la población.

Por fin se dejó a un lado el tema de Uber y los taxis, se guardó el tema de la legalización de la mariguana y detuvimos por el momento aquella batalla de radicales absurdos sobre la LGBT.

Estoy seguro que no es necesario decirles eso que tanto me alegra, pero se los recuerdo con expectativa trascendente: la discusión y victoria por el retiro del fuero, la disminución del precio y eliminación de la caducidad del acta de nacimiento; restar el 50 por ciento del financiamiento a los partidos políticos y la abrogación de las pensiones a ex gobernadores.

También la destacable victoria política yucateca tras la unanimidad de votos de los partidos, aunque, siendo honesto, no me importa el color del partido que lo propuso, me da igual si están tapando un acto de otro político o si quieren solamente “caernos bien” porque se acerca el tiempo electoral; lo importante es que por fin hicieron magia para todos y pese a que he felicitado a algunos diputados tras la hazaña, apunto a que realmente ya están entendiendo cuál es su trabajo.

Pero, frente a todo, no permitamos que un logro así nos deje cegados, al contrario, fijemos con fuerza la vista en aquello que hacen, proponen y votan, exijamos más y cuando sea necesario impongamos nuestra autoridad como pueblo frente a esos gobernantes que se mofan de la ignorancia popular. Promovamos la propuesta de candidatos de la comunidad y no de aquellos que nos imponen los partidos, propongamos leyes, defendamos las que ya están promulgadas y convirtamos la frase: “Por eso México está como está” en algo positivo.