En la magnífica obra denominada “México a través de los siglos”, publicada en 1961 y escrita por don Alfredo Chavero, se describe un pasaje de la autoría de un notable anticuario, don José Fernando Ramírez, que, después de su viaje por el área maya en 1865, describe cada uno de los monumentos de Uxmal.

Al parecer, este personaje formó parte de la comitiva que acompañó a la emperatriz Carlota a Uxmal, el 8 de diciembre de 1865. Incluso describe brevemente que parte de la numerosa comitiva que viajó con la archiduquesa se tomó un descanso y un refrigerio en el Cuadrángulo de las Monjas.

Espléndidas imágenes que dan cuenta del estado de conservación de los monumentos en aquel siglo, planos que nos indican la disposición de los edificios para entender la configuración de la ciudad, vistas generales que dan cuenta de amplios sectores de esa urbe maya y de los conjuntos arquitectónicos, detalles de la ornamentación que se observó en la rica decoración de los edificios, dibujos de cortes transversales para entender la conformación del sistema constructivo de los monumentos que aún se conservaban en pie en 1865 complementan los textos que describen la experiencia de don José Ramírez durante su estancia en Uxmal.

Un aspecto muy importante que se menciona de la tradición popular es el relativo al Templo del Adivino: “En la pirámide del Adivino hay enterrada una caja que contiene una soga, la cual, llegado cierto día, se ha de tender de un extremo a otro de la península, de oriente a poniente; por ella han de pasar todos los habitantes, con la calidad de que el que cayere será devorado por la serpiente que se ve esculpida de relieve en la Casa de las Monjas” .

Este pasaje hace alusión a uno de los extraordinarios edificios de Uxmal y la cuerda es la metáfora del Sacbé que comunica a Kabah con Uxmal, cuya longitud es de dieciocho kilómetros.

No olvidemos que el concepto de Sacbé se relaciona con el cordón umbilical, el conducto que da vida y que nos conduce al Gran Sacbé que cubre al Templo del Adivino a partir del mes de marzo cuando termina la época de sequia y se inician las lluvias. Este Gran Sacbé, vía láctea, guió a los edificadores de esta sagrada ciudad.