Descubren nuevo fenómeno solar en ruinas mayas de Yucatán

En el observatorio venusino de Acanceh, el Sol ingresa al centro del edificio e impide que edificios verticales y personas tengan sombras.

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El fenómeno solar se observa dos veces al año, el 24 de marzo y el 18 de julio. El observatorio solar se trata de un edificio multifuncional, que estaba destinado a la élite maya. (Notimex)
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Milenio Novedades
MÉRIDA, Yucatán.- Arqueólogos yucatecos anunciaron el descubrimiento en Acanceh de un observatorio venusino, el cual marca el inicio del ciclo calendárico del planeta, con duración de 584 días, cuya importancia para los mayas fue trascendental ya que se trata del tercer astro más brillante de la bóveda celeste.

Como informamos ayer, recientemente se descubrió que el observatorio solar también está alineado a Venus, por lo que se trata de un edificio multifuncional y destinado exclusivamente a la élite maya, específicamente, para los sacerdotes-astrónomos.

La especialista del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) Yucatán, Beatriz Quintal Suaste, recordó que en 2002 iniciaron las excavaciones en una estructura semicircular, el cual, posteriormente, se corroboró que se trataba de un observatorio astronómico subterráneo.

A pesar de que no se encontró más material que permitiera conocer la altitud y angostura final del inmueble, dado que el material pétreo fue utilizado para la construir la actual ciudad, la evidencia que se tiene demuestra que se trató de un observatorio cenital.

Es decir, el Sol ingresa justamente sobre nuestras cabezas, impidiendo la generación de sombras en edificios verticales, así como en personas, fenómeno que se observa dos veces al año, el 24 de marzo y el 18 de julio.

El investigador Orlando Casares Contreras resaltó la importancia ubicada en esta estructura precolombina, al funcionar como observatorio solar y venusino, como se observó hace tres años, y se prevé que a finales de 2016 se repita el fenómeno arqueoastronómico.

El observatorio astronómico de Acanceh data del Clásico Temprano (300-600 dC), por lo que es uno de los más antiguos

Destacó que Venus tuvo una función importante para los mayas, quien fue representado como una deidad, de nombre Noh Ek, y cuyo cálculo astronómico está contemplado en el Códice de Dresde.

Explicó que el Sol se filtra entre las dos puertas alineadas, acontecimiento que se registra el 4 de marzo y 9 de octubre, por lo que a partir de esta segunda fecha hasta el solsticio de invierno hay una diferencia de siete días.

Remarcó que esta cifra es múltiplo del año terrestre, así como del período de revolución sinódica de Venus, ya que al dividir 365 entre 73 da cinco períodos, y al multiplicar ocho por 73 da 584, es decir, el “año venusino”.

Mencionó que del costado sur del observatorio se aprecia la máxima salida de Venus al Norte, suceso que se registra cada 584 días, el cual se presenta cuando el planeta está en período de “Lucero del atardecer”.

Expresó que el fenómeno arqueoastronómico se observó el 26 de septiembre de 2013, se repitió en mayo de 2015, pero no se observó, por lo que a principios de diciembre de 2016 se corroborará la alineación que existe.

Quintal Suaste indicó que el observatorio astronómico de Acanceh data del Clásico Temprano (300-600 dC), por lo que es uno de los más antiguos, el cual tuvo un funcionamiento hasta el Posclásico, es decir, antes de la llegada de los españoles.

Ayer, poco después de las 13:00 horas se observó el fenómeno arqueoastronómico del Sol en el Cenit, en el cual, Kin, la luz de la deidad solar maya ingresa de manera perpendicular sobre el edificio, por lo que varios minutos desaparecieron todas las sombras.

“Se trata de un verdadero observatorio solar”, explicó el investigador, ya que durante los equinoccios de primavera y de otoño, el Sol ingresa justamente por las dos puertas del edificio.

Casares Contreras explicó que durante el equinoccio astronómico, Kin se oculta sobre La Pirámide de los Mascarones de Acanceh, el edificio más alto de la zona arqueológico y se ubican a una distancia de 900 metros.

La especialista comentó que un sacbé, camino blanco, unía a dichos edificios mayas, y de ésta vía sólo se conserva cerca de 300 metros, la tercera parte del trayecto.

Comentó que en la escalinata se encontró una figura de Chaac, por lo que la estructura estaba también dedicada al dios de la lluvia.

Pese la importancia del edificio prehispánico, éste fue objeto de vandalismo, ya que el interior de la cámara se observa grafiti, mientras que el acceso se empieza a convertir en área de depósito de escombro.

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