Itzel Chan/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- En la entidad, cuatro de cada 10 jóvenes que estudian una carrera universitaria, lo hacen aún cuando sus padres no cuentan con este nivel educativo, cifra que indica la mejoría social.

El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) en coordinación con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) realizó un estudio para identificar cuántas personas actualmente cuentan con estudios universitarios y resultó que México está dentro de los países con mayores avances en cuanto a la población que ya accede a otros niveles educativos.

A nivel nacional, Yucatán está dentro de los estados que ha mostrado mejoría en este sentido, pues hasta hace 20 años aproximadamente, los jóvenes solían estudiar hasta nivel preparatoria, sin embargo, hoy en día ya son más los que estudian una licenciatura o ingeniería, aún cuando sus padres no lo hicieron por diversos motivos en el momento de juventud.

José Manuel Romero Coello, director general del Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve), puntualizó que este es un factor importante pues se ha comprobado que las personas que cuentan con una carrera profesional tienen hasta 80% más de ingresos en comparación con alguien que no.

De acuerdo con el estudio denominado “Panorama de la Educación 2015” y que fue dado a conocer ayer por el IMCO, el hecho de ser la primera generación de adultos con educación universitaria, favorece para tener una mejor calidad de vida comparada con la de sus familiares mayores. 

No obstante, el estudio señala que la tasa de ingresos a licenciatura es mayor a la tasa correspondiente a maestría y doctorado, a pesar de que estos segundos grados favorecen para tener acceso a mayor oferta laboral. 

Los adultos empleados con un grado de licenciatura o equivalente, ganan alrededor de 60% más que los adultos empleados con escolaridad media superior, pero quienes cuentan con un grado de maestría o doctorado ganan más del doble, de acuerdo con la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STyPS). 

Además de los beneficios financieros, es más probable que quienes tienen mayor escolaridad tengan buena salud, participen en actividades de voluntariado, confíen en los demás y sientan que tienen mayor participación en políticas de gobierno.