Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- La famosa frase “ver para creer” fue aplicada en una casa de la comisaría meridana de Chablekal cuando el jefe de familia vio con sus ojos un alma en pena que, al parecer, corresponde al abuelo de su esposa. La historia es tan triste como espeluznante.

Todo comenzó hace aproximadamente cuatro años, cuando el abuelo de doña Carmen (nombre ficticio) fallece en su milpa, ya que, tras extraviarse por tres días en el monte, su cuerpo fue encontrado en estado de descomposición, en el municipio de Homún.

Carmen radica desde hace mucho tiempo en Chablekal, pero estaba muy apegada a su abuelo, pues lo veía al menos una vez al mes, por lo que sintió mucho la pérdida, prácticamente, desde el mismo día en que el anciano falleció, se sintió su presencia, ya que al segundo día de estar desaparecido (no sabían en ese momento que el señor ya estaba muerto) ella aseguraba haberlo visto junto a su habitación mientras estaba acostada:

“Por un momento pensé que ya había aparecido y vino a verme. Lo notaba con una mirada triste y de pronto se dio la espalda y se fue. Me levanté enseguida y ya no estaba por ningún lado, desapareció, se lo dije a mi marido y este no me creyó nada, dos días después fue cuando apareció el cuerpo y decían que ya tenía dos días de muerto, por lo que creo que se fue a despedir”, comentó.

Pero eso no es todo, el hijo menor de doña Carmen, en ese entonces de seis años de edad, de pronto empezó a decir que había visto a su abuelo:

“Mi hijo no es de inventar ni de tener amigos imaginarios, poco antes de partir a Homún, al velorio, me empezó a decir que su bisabuelo estaba aquí con nosotros, en la casa de Chablekal, que estaba jugando con él. Lo curioso del caso es que en ese momento no le habíamos dicho que había muerto y que nos estábamos yendo a verlo”.

Presencia constante

Desde su regreso a la casa, las manifestaciones del abuelo de Carmen han sido muy seguidas, no pasa una semana sin que sientan su presencia al menos dos o tres veces; cuando lo han visto ha sido siempre con una mirada triste, como si estuviera pidiendo algo, de hecho, en una ocasión en que toda la familia salió, los vecinos aseguran haber visto a través de la ventana a un “viejito” parado junto a la cocina, pensaron que se trataba de algún intruso y hasta le llamaron por celular a la señora para preguntarle si no habían dejado a nadie en el interior de su casa.

De inmediato regresaron y registraron toda la casa sin encontrar a nadie, las cerraduras no estaban forzadas y el inmueble estaba cerrado por dentro. Si alguien hubiera entrado, al salir tendría que haber usado una llave…

Y más aún, cuando le mostraron una foto en vida del difunto, los vecinos no dudaron en decir que a era la persona que vieron dentro: “una de las vecinas hasta tuvo una crisis nerviosa cuando le dijimos que el señor que vio era mi difunto abuelo”, comentó doña Carmen con una mirada triste.

Y agrega que hace apenas unos meses, cuando su marido regresaba del trabajo, abrió la puerta de la casa y lo vio en la sala, parado junto al televisor, hasta tiró al piso sus herramientas de la impresión, se hincó y se puso a rezar y le quedaron los ojos rojos, estaba a punto de llorar, sentía remordimiento porque no me creía de las manifestaciones de mi abuelo hasta se medio burlaba, pero sólo así lo creyó.

La investigación que hice en el lugar de los hechos hace apenas una semanas tuvo resultados y evidencias impactantes, mismas que presentaré este sábado en la conferencia de la “gira paranormal” en el municipio de Huhí, donde a lo largo de casi dos horas el público podrá ver más de 20 videos y la presentación en vivo de parte del museo paranormal.