Sergio Grosjean/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Hace más de un año abrió la gasolinera ubicada en la colonia México sobra la avenida José Díaz Bolio con la calle 14 a pesar de la inconformidad y protesta de los vecinos. Creo que no es necesario repetir todas las razones por la cual es ilegal su funcionamiento ya que desde su apresurada y “camuflasheada” construcción para darle madruguete a los vecinos, se presentaron varias irregularidades que le evidenciamos en su momento al sordo ayuntamiento de Mérida. 

Pasado el tiempo y luego de un largo proceso judicial a través de diferentes instancias, el Tribunal Colegiado de Circuito del Poder Judicial de la Federación, en calidad de irreversible, confirmó de nueva cuenta el amparo que obtuvieron vecinos en desacuerdo con la apertura de la gasolinera, y con ello, se obliga al Tribunal de Justicia Fiscal y Administrativa de Yucatán (Tjfay) a que realice nuevo procedimiento-ya que en su momento este último le ordenó al ayuntamiento a que le otorgue la licencia de construcción-,  pero no sin antes  invalidar las licencias que permiten que esta estación de servicio continúe operando, aunque de acuerdo al director de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento de Mérida, Federico Sauri Molina, esta estación de servicio-propiedad del grupo “Megasur”- no posee licencias de funcionamiento, pero el ayuntamiento no ha podido clausurarla porque no han obtenido el respaldo de la fuerza pública que otorga el Gobierno del Estado. 

Sinceramente, el argumento de Federico Sauri me parece una “vacilada”, y creo que sólo están ganando tiempo para pasarle la granada a Mauricio Vila. ¿Por qué? Seguramente por intereses obscuros, aunque sumando y restando, ese interés obscuro tiene un nombre: CORRUPCIÓN. 

El alcalde electo Mauricio Vila está enterado del asunto, y no me dejará mentir pues personalmente se lo he comunicado, y ojalá tenga la voluntad para hacer respetar la ley. 

Es chistoso y hasta infantil el argumento de Federico Sauri, ya que imagínese que todos hicieran lo mismo y el ayuntamiento necesitara la fuerza pública para multar o clausurar cada negocio irregular. Tan simple y sencillo es enviar un empleado y actuario para que dé fe de la clausura, y por su parte, los propietarios, en caso de retirar los sellos se harán cargo a nuevas sanciones que seguramente habrá forma de cobrarlos.

No pasa nada

Pero sinceramente eso no me preocupa, ya sabemos que un alto porcentaje de los políticos son individuos de una cepa que está para servirse con la cuchara más grande ya que responden a intereses económicos, porque simplemente no tienen dignidad ni principios, y obviamente porque saben que no pasa nada, solo en casos aislados como cuando a la ex gobernadora Ivonne Ortega y/o la ex alcaldesa Angélica Araujo las rechiflan hasta en la iglesia, pero de allá en adelante todo les es “intramuscular”. 

Pero decía que lo que realmente me preocupa por no decir me asusta, es que hay vecinos que se inconformaron e incluso asistieron a las manifestaciones, ahora los vemos quitados de la pena cargando combustible en esa ilegal gasolinera. Su razón es simple: como ya se abrió y el ayuntamiento se niega a clausurar, piensan que seguirá funcionando eternamente, y por consiguiente cargan allá porque les queda más cerca de su casa, a pesar que unas pocas cuadras hay varias gasolineras. 

Lo que no se dan cuenta es que con cada carga de gasolina están entregándole dinero al que corrompe a las autoridades y con ello contribuyendo al desengrandecimiento del estado y país. 

A eso le apuestan los corruptos; al olvido, a la apatía, y por eso nuestro país así está, por gente como las personas que cargan en esta ilegal y deshonesta gasolinera. 

Tan irracionales

Muchos me han dicho que porqué se arma tanto alboroto por una gasolinera, total nunca estallan. La razón es simple: porque para empezar está infringiendo el reglamento municipal, y si no se van a respetar las normas pues simplemente que cada quien haga lo que se le plazca y “¡viva México!”. 

También, a estas personas quiero decirles que no se vende horchata o cerveza, se expende combustible, y si por desgracia llegara a estallar, cuatro cuadras a la redonda desaparecerían. Y les pregunto ¿si no fueran riesgosas para qué las aseguran? ¿Ustedes creen que a los propietarios de estas estaciones les gusta botar el dinero pagando seguros que nunca podrían servir? Por supuesto que no, no son tan irracionales como los que allá cargan; pagan pólizas de seguros muy altas porque siempre hay un riesgo. 

Y les pregunto qué es más riesgoso, ¿un restaurante donde se sirve comida y/o bebidas o una gasolinera donde se vende combustible? Y es por eso que les recuerdo que hace alrededor de un año estalló el restaurante La Nao de China y curiosamente ubicado en la misma colonia México. 

Mi correo es [email protected] y twitter @sergiogrosjean.