Itzel Chan/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yucatán.- El transporte público se ha convertido en el “talón de Aquiles” para la calidad del aire en Mérida, ya que es el responsable de generar 80 por ciento de los agentes contaminantes.

La plantilla de camiones y automóviles que pertenecen al sistema de transporte público es de ocho mil, aproximadamente, y cada uno genera unos tres kilos de dióxido de carbono (CO2) por cada 10 kilómetros que recorre, de acuerdo con datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). 

Lo anterior, aunado a la antigüedad que poseen, ya que por lo menos dos de cada 10 tienen más de nueve años en uso, lo que indica que el sistema automotriz no es idóneo y genera altas cantidades de hollín.

“Las leyes indican que el transporte no debe sobrepasar los 10 años de vida, aproximadamente, dependiendo de las condiciones, porque al tener falta de mantenimiento, se vuelven más contaminantes y se convierten de esta manera en el principal emisor de contaminantes”, indicó Francisco Santiago Vivas Ucán, jefe de calidad ambiental en la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (Seduma) en Yucatán.

El IMCO ha detectado que en las ciudades con población mayor al millón de habitantes son más vulnerables a reunir alto índice de partículas de gases de efecto invernadero (GEI), lo que se vuelve un factor peligroso para la ciudadanía, puesto que hace propensas a las personas a enfermar de las vías respiratorias.

La Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente tiene un programa de verificación y se realiza en el transporte público dos veces al año; sin embargo, esta medida es insuficiente, ya que al ser vehículos de uso intensivo, el mantenimiento de los motores y las revisiones deben ser permanentes.

Otro factor contaminante que provoca este sector es el ruido, ya que los niveles se incrementan tanto por mayores volúmenes de tráfico, como por velocidad.