Ecología, colaboración y creatividad

Muebles y artículos para decoración de interiores son elaborados con madera reciclada y plantas.

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'Ecolaborativo', es conformado por cinco jóvenes emprendedores. (Milenio Novedades)
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Cecilia Ricárdez/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Ecología, colaboración y creatividad son los fundamentos de la propuesta de Luis Novelo Castro, ingeniero civil, quien conjugó su iniciativa con la visión de cuatro jóvenes con quienes formó el equipo de la empresa “Ecolaborativo”.

En ella, tanto estudiantes como profesionales egresados contribuyen al mercado de muebles y decoración de interiores, con creaciones elaboradas con madera reciclada, combinada con plantas y acabados con cera de abejas y colorantes naturales, para lograr productos ecológicos.

El joven ingeniero es profesor de  arquitectura ecológica en la Universidad del Valle de México, donde encontró en sus alumnos a los integrantes ideales para desarrollar este proyecto y armar una sociedad para potenciar el negocio. 

¿Cómo nace ecolaborativo?

Soy maestro y siempre comparto con los alumnos las tendencias de la arquitectura ecológica, además tenía la intención de generar un proyecto que fuera artesanal y me reuní con un grupo de estudiantes con los que me asocié para formar el grupo Ecolaborativo, que fusiona la palabra, ecología, laboratorio y creatividad, porque nos reunimos para desarrollar productos y experimentar. 

Iniciamos con cartón y evolucionamos hasta  nuestra primera mesa de trabajo, hecha 100 por ciento con palets de madera, luego agregamos el uso de troncos, hilo de henequén y otros elementos para explorar en el diseño de mesas, bancos, artículos de decoración, etc.

Todo el tiempo hacemos prototipos.

¿Cuál consideran que es su valor agregado?

La mayoría de los muebles hechos de palets de madera son réplicas de los existentes, nosotros tomamos esos fundamentos y le dimos un enfoque de reconexión con la naturaleza y por eso le agregamos plantas, elementos naturales, vegetación, materiales naturales, no usamos químicos, rescatamos técnicas antiguas, como usar pinturas vegetales y cera de abeja para dar brillo.

Observamos que mucha gente realiza muebles de palets, pero usan muchos químicos y nosotros le damos un toque vegetal, natural, para que omitamos productos tóxicos.

Tenemos más de 15 productos, entre mesas, sillas, decorativos, portarretratos, sillas infantiles, letrero y una cocinita  de madera.

¿Cómo resolvieron el tema del financiamiento de su proyecto?

Todos invertimos de nuestros ahorros en la maquinaria inicial y contamos actualmente con el apoyo de los integrantes del Parque A’ak, que está en Xcunyá, quienes nos prestan herramientas, equipo y el espacio para trabajar, y a cambio donamos algunos muebles que fabricamos. 

Actualmente todo se reinvierte en la empresa. Allí mismo nos enseñaron a manejar las plantas. 

Con el talento y capital creativo disponible ¿cómo se capacitan en el tema administrativo?

El tema administrativo es el coco de todos los emprendedores (risas), pero para eso nos acercamos al Instituto Yucateco del Emprendedor para que nos asesoren, además aplicamos a dos concursos regionales a la convocatoria “Emprende” de la Secretaría de la Juventud de Yucatán –no quedamos, pero aprendimos a desarrollar nuestro plan- y también participamos en la convocatoria de Starts Up México, que va a tener una representación en Mérida, en la cual quedamos entre los seis finalistas y por esa razón nos dijeron que podemos aspirar a ser uno de los proyectos a incubar en la ciudad, la sede será el parque Tecnia de la Universidad del Mayab. Cuando uno emprende, no sabes cómo vender, mercadearlo, ese es un gran reto y estamos aprendiendo.

¿Cómo es el trabajo en sociedad?

El proyecto es resultado de un aprendizaje colaborativo,  porque desarrollamos los productos luego de una lluvia de ideas, y conforme se va armando todos damos nuestros puntos de vista para mejorarlo, de esta manera las propuestas se enriquecen.

Somos un grupo interesado en el cuidado del planeta y preocupados por innovar, además ganar de utilizar las manos. Tenemos dos mujeres en el equipo y han hecho un gran trabajo que sorprende hasta tu familia.

Manuel Paredes  y Luis Novelo son egresados, y  Natalia Alpuche González, Angélica Isabel Sosa, y Jesús Patraca López son estudiantes de décimo semestre. 

En este tiempo de trabajo ¿cuáles consideras que son las lecciones más importantes que han aprendido?

Que nada es tan fácil como parece, en el caso de nuestro producto, nos ha pasado que la gente nos dice: esto yo lo puedo hacer y le toman fotos y quieren reproducirlo, pero el verdadero reto no es hacerlo igual, sino hacerlo, porque cuando te das cuenta que hay que desarmar la palet, que no se dañe, que tiene un tratamiento especial y luego, terminan regresando a comprarlo. 

Nos han dicho: es que no les cuesta, es desperdicio; pero en realidad sí tiene un costo, el traslado, desmantelamiento, tratamiento y otros procesos que implican el valor de los artículos.

Nosotros aprendimos mucho igual, porque cuando iniciamos, pensábamos que podríamos hacer las piezas en un día, y luego nos dimos cuenta que tienen su proceso, no es fácil pero si vamos practicando lo hacemos más rápido y mejor. 

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