Un policía estatal me hizo una pregunta: ¿Cómo puedo saber si estoy hablando con una persona normal o con un fantasma?

Sin embargo, el agente ese cuestionamiento debido a que hace un par de años platicó con un vecino que a los pocos días se enteró de que ya había muerto:

“Fue en octubre de 2015, lo recuerdo bien, siempre que regresaba del trabajo a la casa (vive en la colonia Bojórquez) veía a mi vecino en la puerta de su domicilio, ubicado a lado; hubo una vez en que yo me encontraba cerca de la terminal de autobuses en el centro porque iba a viajar con mi familia a mi pueblo natal y lo vi cruzar, nos saludamos brevemente y me dijo ¿de viaje mi oficial? Y yo le respondí que sí, que me iría unos días de vacaciones.

“Cuando regresamos a los tres días a la casa, me voy enterando que el vecino había fallecido el viernes al medio día (tenía cirrosis), pero yo lo había visto ese mismo viernes a eso de las nueve de la mañana en la terminal; de hecho me dice su viuda y sus hijos que él desde el jueves en la tarde se empezó a sentir mal y lo ingresaron por la noche hasta que falleció en el O’Horán al día siguiente, es decir él jamás salió, sino en un ataúd de ahí.

¿Cómo es posible que yo lo haya visto? Mi esposa dice que a lo mejor me confundí, pero esto es obvio que no fue así, me topé de frente con él y platiqué con él mínimo un minuto, lo tuve a menos de un metro de distancia y lo conocía de años, no lo pude haber confundido, además fue él quien me llamó. Yo lo vi normal, no como un fantasma, es decir no estaba blancuzco o levitando ni tenía nada fuera de lo común”.

Lo que vivió este oficial de policía es de cierta forma común, se trata de un fenómeno paranormal en donde un difunto viene a despedirse de una persona que apreció en vida.

Policías tomaron café con fantasmas

De hecho ese relato es muy parecido a uno que me contaron hace varios años dos policías de la Secretaría de Seguridad Pública mientras permanecían en el Periférico oriente de la ciudad de Mérida.

Un diciembre, casi las 12 de la noche, a la altura del entronque con la carretera a Tixkokob, nos detuvimos un momento debido a que había bastante frío, en eso una moto se detuvo y bajaron dos personas que les ofrecieron café. 

Minutos después, por el entronque con la carretera a Cancún, acuden a un accidente y cuando ven los cuerpos tirados: ¡Eran las mismas personas que un momento antes les habían invitado el café! incluso a unos metros de distancia estaba tirado el mismo termo...

Fue tan impactante el caso que uno de estos policías renunció al poco tiempo a su trabajo, ya que no pudo superar ese trauma.