Jorge Moreno/ SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Algunas culturas piensan que saquear lugares de valor cultural, como zonas arqueológicas o sitios históricos, es de mala suerte, y que quienes lo realizan se atribuyen una maldición. 

Como ejemplo están los robos en las Pirámides de Egipto, que se han relacionado con muertes trágicas de los saqueadores. En Yucatán ocurrió algo parecido en las grutas de Calcehtok, Opichén, que terminó en una tragedia.  

Se dice que no es bueno llevarse objetos tales como vasijas, piedras o reliquias que se encuentran en los cenotes, pirámides, grutas y ruinas mayas, de hecho en la mayoría de estos sitios hay letreros que lanzan advertencias a los turistas. Legalmente es un delito y culturalmente se considera un sacrilegio a los antiguos mayas.

Por desgracia, muchas personas aprovechan su visita a estos lugares para llevarse "un recuerdo", incluso a sabiendas de que están cometiendo un delito. Uno de estos casos terminó con un terrible final.

En diciembre del 2012 llegaron cuatro turistas extranjeros a Yucatán y visitaron las grutas de Calcehtok. Uno de los jóvenes decía ser coleccionista y se llevó una piedra que le llamó la atención debido a que era muy redonda, casi como una pelotita.

Un mes después, un guía del lugar se percató de la llegada de un grupo de aproximadamente 20 personas que pidieron permiso para entrar, pero en compañía de un sacerdote maya para hacer una ceremonia especial.

Eran los extranjeros antes mencionados, acompañados de familiares y amigos. Sin embargo, faltaba uno, el que se llevó la pelotita... días antes había muerto.

Tal vez te interese: Reportan apariciones paranormales en Carretera a Celestún 

Contaron que al llegar a su país comanezaron a suceder cosas extrañas. El joven de la piedra se enfermó de forma inexplicable y los doctores no encontraron la cura. Ellos relacionaron la reliquia que se había robado como la causa de sus males. 

Por desgracia el muchacho perdió la vida, y sus tres compañeros decidieron –asesorados por un experto- regresar a Yucatán y devolver lo que se habían llevado.

El sacerdote maya aseguró que la piedra robada se trató de un “juguete” de uno de los aluxes que allí habita. Su juguete preferido, dada la magnitud de la tragedia.

Realizaron la ceremonia en Calcehtok, devolvieron la prenda y al parecer todo volvió a la normalidad, pero sin duda esos jóvenes jamás olvidarán lo que les sucedió.