Ana Hernández/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Con base en un decreto publicado anteayer en el Diario Oficial, el Gobierno del Estado tendrán mayores atribuciones para sancionar a las personas que incurran en la contaminación de cenotes, cuevas y grutas.

De ese modo, queda prohibido ingresar a estos sitios para ingerir drogas o alcohol o hacerlo bajo los efectos de estas sustancias. También deberán abstenerse de fumar, y consumir alimentos dentro de estos sitios, dañar o modificar las instalaciones naturales o humanas, así como la flora y la fauna del lugar.

Las medidas se empezarán a aplicar en 27 días, con base en el Reglamento de la Ley de Protección al Medio Ambiente del Estado de Yucatán en materia de Cenotes, Cuevas y Grutas, emitido para la prevención y aprovechamiento racional de estos sitios.

Tampoco se permitirá dejar basura en su interior o en los alrededores, correr ni saltar en su interior, liberar excretas o desperdicios fisiológicos en su interior, ni aplicarse bronceadores, jabones, ni cualquier otro tipo producto que pueda afectar el equilibrio ecológico, con al menos tres horas de anticipación a su inmersión o entrada, con excepción de productos orgánicos biodegradables, cuando se trate de balnearios.

Más de 2 mil cenotes

La Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente ha contabilizado en Yucatán la existencia de dos mil 241 cenotes y grutas, de los cuales 1014 son abiertos.

Este censo se deberá incluir en el Sistema Estatal de Información Ambiental que maneja el gobierno local, incluyendo los recursos naturales a ellos asociados, así como las características socioeconómicas de la población aledaña.

La Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (Seduma) en su estudio titulado “Aspectos biológicos de los cenotes de Yucatán” señala que las características de los cenotes determinan la vulnerabilidad del acuífero al deterioro ambiental, resultado de las actividades antropogénicas en la superficie.

Impacto ambiental

Considera que el impacto potencial que va desde los vertimientos de sustancias contaminantes, directa o indirectamente al cuerpo de agua, así como desechos domésticos, hospitalarios, agropecuarios o industriales.

También considera las modificaciones directas del ecosistema o su entorno mediante adaptaciones para facilitar el acceso al espejo de agua, la remoción de la vegetación circundante, las adaptaciones para impedir que organismos indeseables entren al cenote o las cuevas.