Ser papá soltero no impidió a este peluquero terminar una carrera

La historia de Renán llama la atención porque todos los días lucha por su educación y la de su hija.

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Renán y su hija Jordania, de diez años. (Milenio Novedades)
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MÉRIDA, Yuc.- Para Renán los días comienzan a las cuatro de la mañana, cuando se levanta para alistar a su pequeña Jordania y luego llevarla a su escuela, la Josefa Ortíz de Domínguez, desde el fraccionamiento Las Américas hasta el centro de la ciudad.

Luego toca el trabajo, él es peluquero y recientemente terminó una carrera profesional. Sin duda este padre soltero es un modelo a seguir, y más cuando el próximo fin de semana se festeja el Día del Padre. Renán Díaz Gómez aún no llega a los 30 años de edad y desde hace 10 ha demostrado que por sí solo puede sacar adelante una familia.

Además de las responsabilidades del estudio y el trabajo, no olvida los compromisos que tiene con la educación de su hija, incluso lucha por su escuela. Él es uno de las decenas de padres de familia que ayer marcharon para que dicha escuela no sea cerrada, como pretenden las autoridades:

“La calidad de educación y servicio que presta esta escuela es de gran apoyo para mí como padre soltero”, externó Renán. Además insiste en que los papás seguirán manifestándose para evitar que este centro educativo cierre sus puertas.

Él está acostumbrado a la lucha. Su rutina incluye esta característica, ya que a diario, tras dejar a su hija en la escuela, Renán acude a su centro laboral. Tiene su propia estética y desde ahí se esfuerza todos los días por llevar el sustento diario. Pero él no se conformó con eso, y recientemente concluyó su carrera, licenciado en Administración de Empresas, en una escuela particular, donde encontró condiciones para organizar sus tiempos a costa de noches de sacrificios y desvelos.

Cuando llega la hora, Renán deja temporalmente su trabajo para recoger a su hija, no sin antes interactuar con los maestros para conocer sobre el desempeño diario de Jordania. Retorna con ella a casa y las labores del hogar no concluyen. Ahora toca turno de la comida, la tarea, entre otras cosas.

No duda en responder con un “sí se puede” cuando le preguntan si no es difícil para él ser padre y madre a la vez. Lo mismo piensa sobre la lucha de estos padres por la educación de sus hijos.

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