Cecilia Ricardez/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- El Arzobispo Gustavo Rodríguez Vega encabezó por primera vez la ceremonia eucarística con motivo de la fiesta de la XVIII Coronación de Nuestra Señora de Yucatán que tuvo lugar en la Santa Iglesia Catedral, donde cientos de fieles refrendaron su fe ante la advocación mariana. 

Posterior a la misa los feligreses encabezados por la santa imagen y una banda de guerra, protagonizaron una procesión alrededor de la Plaza Grande. 

Para dar inicio a la caminata se quemaron voladores que llamaron la atención de los transeúntes y turistas del centro histórico.

El prelado recordó en su homilía que este festejo inició hace 17 años en el marco de los 400 años de la edificación de este templo, sin embargo en ocasión de la celebración de la Inmaculada Concepción fue declarada Nuestra Señora de Yucatán hace 139 años, y ya para entonces era una imagen antigua traída en el siglo XVI por los Franciscanos y es cercana al pueblo de Yucatán.

“No podemos negar la obra de Dios en María, la obra de su virginidad y maternidad, pero también la obra de su inmaculada concepción  y de haber elevado al cielo en cuerpo y alma. Ojalá que esta devoción continúe en las nuevas generaciones llevando María de la mano y Jesús, no nos olvidemos de las tradiciones”, apuntó. 

A la misa asistieron devotos que reiteraron su fidelidad a la Santa Imagen, agradecieron las bendiciones del año y pidieronsalud, prosperidad y fe.  En días pasados se desarrolló un novenario, con actividades de oración diaria. 

Esta festividad es una invitación a la feligresía para reconocer a Nuestra Señora de Yucatán como reina y patrona de la Catedral, renovando su amor en la consagración a dicha advocación mariana.

En el marco del aniversario la imagen luce nuevas vestiduras, en años pasados la llamada patrona de Yucatán vistió la cauda (cola) de siete metros de largo, de color azul con aplicaciones doradas.

De acuerdo archivos de la arquidiócesis, la virgen, recibe su nombre a partir de los estudios cartográficos realizados por el entonces Obispo Crescencio Carrillo y Ancona, en la que se apreciaba a la península sin divisiones geográficas y se consideraba el territorio completo como Yucatán.

La imagen fue venerada inicialmente en el Convento Grande de San Francisco, luego de su cierre, fue trasladada a  la Capilla de San Juan de Dios (actual museo de la Ciudad de Mérida), también estuvo en la capilla de San Juan Bautista y en 1875 se obtuvo la autorización del obispo diocesano Leandro Rodríguez de la Gala, para patrona titular de la ARchicofrafía del Escapulario azul. El Oblispo bendijo la imagen solementemente el 8 de noviembre de 1876.

Clave

Nuestra Señora de Yucatán fue coronada en 1998 por el Cardenal Giovanni Cheli en un evento efectuado en el estadio Kukulcán, al cual asistieron 28 mil personas.