William Sierra/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yucatán.- En el marco de la Jornada Mundial contra el VIH-Sida debemos hacer oración por las personas que padecen ese mal, por aquellos que cuidan a esos enfermos y también ser solidarios y ayudar a los albergues donde se ofrece atención a los afectados, expresó el Pbro. Jorge Martínez Ruz, vocero de la Arquidiócesis.

“En primer lugar debemos unirnos en oración por los enfermos de VIH y por quienes los atienden”, subrayó.

De hecho, añadió, se puede ayudar de muchas maneras a los enfermos de sida, un mal que ataca a la humanidad hoy en día y “no se le desea a nadie”.

También mencionó que la Iglesia en todo el mundo tiene muchos albergues, donde se atiende a las personas que tienen ese mal.

En nuestro medio se encuentran las hermanas Misioneras de Cristo Resucitado, que tienen el albergue “Misericordia de Dios Padre”. 

“La Iglesia dentro de sus obras sociales no sólo mueve a la oración, sino que también vela por el cuidado de las personas con sida”, indicó.

El sacerdote, a cargo de la Comisión Diocesana de Pastoral de la Comunicación, señaló que en esta jornada se recuerda el tema de la prevención, el cuidado de la salud, que siempre es importante, la parte de la higiene y la abstinencia.

“Dios nos ha regalado un cuerpo, la vida, la libertad y debemos valorarlo, hay que ser prudente en las cosas que hacemos para conservar nuestra salud, y como indica el dicho, mente sana en cuerpo sano. Debemos procurar tener buena salud espiritualidad y corporal”, enfatizó.

El Pbro. Martínez Ruz invitó a apoyar a las instituciones que se dedican al cuidado de las personas con VIH, pues muchas de estas instituciones por ser obras sociales de beneficencia no tienen recursos suficientes.

De hecho, mencionó que las hermanas Misioneras de Cristo Resucitado con regularidad acuden a las parroquias a solicitar apoyo o vender algo, pues tienen muchas necesidades.

Invitación

• El sacerdote reiteró su invitación a la comunidad a que conozcan los albergues que atienden a personas con VIH, a que vean sus necesidades y las apoyen, ya sea con ropa, alimentos o fondos.

Le educación, el mejor regalo

La Iglesia Católica, fiel al mandato de Jesucristo, el Señor de la vida, sabe que su aportación más propia en la lucha contra el Sida, se encuentra en el ámbito de la educación con fines de prevención y, en especial, en la oración, expresó el arzobispo Gustavo Rodríguez Vega.

Al enviar un mensaje con motivo de la Jornada Mundial contra el VIH-Sida, señaló que la transmisión del virus por las transfusiones sanguíneas no depende de los hábitos de las personas, pero en los casos en que se transmite sexualmente, la prevención más profunda y a la vez más eficaz es la formación en los auténticos valores de la vida, el amor y la sexualidad.

En ese sentido, mencionó que mediante esos valores se logra una madurez afectiva, una sexualidad ordenada, que da exclusividad a la pareja.