De cordonazos y turbonadas

La temporada de los frentes fríos finalizó con las Lluvias de Santa Cruz.

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Ya casi está por finalizar la temporada de sequía, de la cual, aunque estamos en la fase más intensa, todo indica que se acerca a su fin y que las primeras lluvias llegarán en tiempo y forma a mediados de este mes de mayo, que es cuando se inicia oficialmente la época de precipitaciones pluviales en nuestra zona. Una vez que se generalicen las lluvias en forma se dará oficialmente por concluida la temporada de sequía de 2017, que está haciendo historia por su intensidad.

Lo que finalizó ya es la temporada de frentes fríos o “nortes” en el Golfo de México. El 3 de mayo, día de la Santa Cruz, ocurrió el último de esos fenómenos. Como suele suceder, en este año el frente frío No. 45 dio origen en la víspera de su arribo a Yucatán al famoso cordonazo, como le llaman los pescadores, o lluvias de la Santa Cruz, como se les conoce entre los agricultores.

Este año el fenómeno fue especialmente intenso, ya que antes de la llegada del frente frío se formó una vaguada prefrontal, que es el primer contacto de la masa de aire polar que acompaña a los frentes fríos y la masa de aire caliente y húmeda, como la que nos estaba afectando. De ese choque se formó lo que se conoce como turbonada, que es una lluvia repentina acompañada de fuertes vientos, granizo y a veces rayos.

El fenómeno afectó a la costa yucateca casi en su totalidad, desde Celestún hasta El Cuyo, y tierra adentro a toda la zona noroeste, norte y parte del centro del Estado, incluyendo a la ciudad de Mérida. La parte poniente de esta capital y el puerto de Progreso fueron los más afectados por este fenómeno meteorológico extremo que trajo vientos con rachas de 90 km/h en la costa y de hasta 80 km/h en Mérida. La turbonada causó daños a la infraestructura urbana y comercial, algunos heridos y pescadores perdidos. Fue un fenómeno meteorológico a gran escala, como no se había visto en mucho tiempo en Yucatán.

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