Jorge Euán/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Como respuesta al llamado del Papa Francisco a vivir la misericordia de Dios con los hermanos que sufren, el próximo jueves en la parroquia de Nuestra Señora de Fátima se realizará una misa por la Jornada Mundial del Enfermo, la cual será presidida por el Arzobispo de Yucatán. Mons. Gustavo Rodríguez Vega.

Al respecto, el vicario parroquial, Efraín Pérez Bojórquez, explicó que desde las 4 de la tarde, un grupo de sacerdotes ofrecerá el sacramento de la confesión a los enfermos, como preparación para recibir el de la unción durante la misa, la cual se celebrará a las 17:00 horas.

“Invitamos a las familias de las parroquias cercanas a Nuestra Señora de Fátima para que traigan a sus enfermos para recibir este importante sacramento, el cual brinda fortaleza en medio de los sufrimientos de algún padecimiento”, comentó.

Explicó que el sacramento de la unción de enfermos confiere al cristiano una gracia especial para enfrentar las dificultades propias de una enfermedad grave o vejez. 

“Se le conoce también como el sagrado viático porque lleva al fiel a sobrellevar con fortaleza y en estado de gracia un momento de tránsito, especialmente a la Casa del Padre, a través de la muerte”, precisó.

Dijo que lo esencial del sacramento consiste en ungir la frente y las manos del enfermo acompañada de una oración litúrgica realizada por obispos y sacerdotes, únicos ministros que pueden administrar este sacramento.

“Actualmente, el sacramento se puede administrar más de una vez, siempre que sea en caso de enfermedad grave”, indicó.

Fiesta

El 13 de mayo de 1992, el Papa Juan Pablo II instituyó el 11 de febrero como la Jornada Mundial del Enfermo, en el marco de la fiesta litúrgica de la Virgen de Lourdes.

Esta celebración anual tiene como objetivo manifiesto sensibilizar al Pueblo de Dios, a las instituciones de salud y a la sociedad de la necesidad de asegurar la mejor asistencia a los enfermos. Este año, el Papa Francisco exhorta a pedir a Jesús Misericordioso, por la intercesión de María, “que nos conceda la disponibilidad para servir a los necesitados, y concretamente a nuestros hermanos enfermos”.

“A veces este servicio puede resultar duro, pesado, pero estamos seguros de que el Señor no dejará de transformar nuestro esfuerzo humano en algo divino”, dijo.