Iglesia de Monjas, más que un convento

El templo de nuestra Señora de la Consolación comenzó a funcionar en 1596 con el apoyo de 5 religiosas fundadoras.

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La iglesia conocida como 'Las Monjas' es de un gran legado arquitectónico e histórico. (Daniel Sandoval/Milenio Novedades)
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Ana Hernández/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yucatán.- La construcción de la iglesia conocida como “Las Monjas” surgió a raíz de la edificación del convento de las Monjas Concepcionistas; la información sobre este templo católico, al igual que la Catedral, fue incluida en las referencias y crónicas de los españoles que conquistaron y evangelizaron Yucatán.

De acuerdo con datos históricos basados en parte por los reportes del historiador Diego López de Cogolludo, la idea surgió cuando Antonio de Vozmediano llegó a gobernar a Yucatán, pues solicitó la fundación de un convento religioso, dado que sería agradable a los ojos de Dios tener un coro de vírgenes dedicadas al servicio de su majestad.

La idea agradó a los ciudadanos, quienes decidieron colaborar como podían, aportando incluso con sus bienes para comprar los sitios en los que se edificaría el templo, que con el apoyo de cinco religiosas fundadoras comenzó a funcionar en 1596 como convento; algunos historiadores refieren que el templo llegaba hasta la 68 y otros hasta la 70.

Las fundadoras llegaron de México, fueron cinco, la madre María Bautista fue la abadesa; María del Espíritu Santo, la portera y tornera mayor; Ana de San Pablo, maestra de novicias, y María de Santo Domingo, la vicaría del convento, y Francisca de la Natividad fue la vicaria del coro y organista.

La iglesia de Monjas, es un ejemplar único entre los de su género en Yucatán, consta de un atrio, templo y casa cural

La iglesia del convento comenzó a construirse el 29 de marzo de 1610, el mariscal y gobernador  Carlos de Luna y Arellano puso la primera piedra de cimiento en la parte del coro con monedas y una imagen de la Virgen de la Pura Concepción. Fue la titular del templo de nuestra Señora de la Consolación.

De 1645 a 1648, el entonces gobernador Esteban de Azcárraga fabricó sobre la capilla mayor de la iglesia un mirador desde el cual las religiosas podían ver la campiña que circundaba Mérida; de 1753 a 1760 el Obispo de Yucatán Ignacio de Padilla y Estrada amplió el claustro del convento y construyó la enfermería y el locutorio, y en la iglesia se levantaron los altares retablos dedicados a San José, San Juan y a Nuestra Señora de la Luz.

De 1863 a 1868 la zona que ocupaba la iglesia y el convento sufre los cambios más radicales, pues fue desmantelada por el gobierno. De 1915 a 1916 durante el mandato de Salvador Alvarado, el templo y sus dependencias fue retirado al culto y se destruyeron los retablos.

Se considera un edificio de gran interés arquitectónico e histórico. Por su aspecto y rara disposición, es un ejemplar único entre los de su género en Yucatán, consta de un atrio, templo y casa cural.

En el muro del coro bajo y sobre la rejilla hay un tablero con el nombre  de las religiosas fundadoras y a los lados de éste, en escudos muy adornados, las fechas memorables y nombres de quienes intervinieron en la fundación. 

En el patio junto al muro norte de la iglesia, entre un contrafuerte y el pasillo que conduce a la sacristía, existe un viejo pozo con brocal de mampostería. Esta iglesia, como la Catedral e incluso la de Mejorada, forman parte de las leyendas de supuestos túneles que en algún momento los conectaron, aunque arqueológicamente no se ha encontrado rastro alguno de esa conexión.

Orfanatorio, asilo y lotes

Este convento también fue orfanatorio y asilo donde se educaba a las niñas pobres o ricas acerca de alta moralidad, piedad y espíritu de trabajo; se conservó por ser el único de su clase en Mérida.

El 26 de  febrero de 1863 el gobierno decretó la extinción de las comunidades de señoras religiosas, por lo cual el 4 de septiembre el convento fue cedido al Gobierno del Estado, el cual desocuparon el 12 de octubre de ese año.

En marzo de 1868 el gobierno local ordenó el fraccionamiento en lotes del ex convento, los cuales fueron vendidos, el producto se destinó a la instrucción pública. Esto permitió la apertura de la calle 66 entre 61 y 63, la mayoría de los lotes se convirtieron en habitaciones particulares.

Durante el gobierno de Salvador Alvarado, en 1915-1916, los retablos fueron desprendidos y despedazados, el templo se puso a disposición de la Comisión Reguladora del Mercado del Henequén, el cual fue convertido en bodega hasta el 20 de septiembre de 1920 que fue devuelto al Clero.

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