Congelados

En el reparto de un presupuesto, pueden verse los compromisos de un gobierno.

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Hay un adagio que reza que la falta de presupuesto ha impedido que se cometan muchas barbaridades y ello, en mi opinión, resulta completamente aplicable en el caso del primer proyecto presupuestal presentado por Donald Trump, con el demagógico título de “Anteproyecto presupuestario para volver a hacer grande a EU”.

Puede sintetizarse en un recorte a los programas sociales para la población norteamericana, en los renglones de Salud y Medio Ambiente, así como al Departamento de Estado, reduciendo al mínimo sus aportaciones para la ONU, y un incremento significativo para las fuerzas armadas, la industria bélica, el más grande desde Ronald Reagan.

Y es que, en el reparto del botín, la asignación de los recursos públicos es donde se pueden ver de manera por demás nítida cuáles son los verdaderos compromisos de un gobierno y con quiénes se establecieron, lo que generalmente corresponde a los grupos que financiaron la campaña.

En este caso, sin importar darle la espalda a su base electoral, que es la que recibe mayor apoyo del gasto social, el magnate ha decidido apostar por la industria militar, para desasosiego de los sectores, países y organizaciones pacifistas.

No obstante, más allá del enfrentamiento anunciado por el partido demócrata, las deserciones, por motivos presupuestales, en las filas republicanas, por parte de los congresistas que temen que sus estados resulten afectados con esos recortes, hacen posible que la pugna por el botín pueda dar lugar a un congelamiento de las actividades del gobierno desde el próximo 1 de octubre, de manera que, en tanto se ponen de acuerdo, tendría que echar mano de la cláusula que le concede el mismo presupuesto del año anterior.

Y conste que el neoyorquino no las trae todas consigo, ya que los empresarios agropecuarios norteamericanos, a través de sus senadores, le han advertido a su secretario de Comercio que tenga mucho cuidado con la renegociación del TLC, pues temen que, de propiciar una confrontación, México, su principal consumidor de cereales y carnes, pueda desquitarse adquiriendo dichas mercancías en Argentina y Brasil.

Le está resultando verdaderamente difícil a Trump asumir el rol de dictador en una democracia dotada de contrapesos como la norteamericana, que esperamos sean suficientemente poderosos como para eludir el escenario de guerra al que quiere conducir a su país.

De su propio chocolate. Quien no ha salido bien librado de la supertormenta de nieve en territorio norteamericano es el candidato puntero Andrés Manuel López Obrador, en su presunta consagración como defensor de los migrantes mexicanos en el país del norte, pues se vio muy mal ante los reclamos de uno de ellos y padre de uno de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, que le reclamara su apoyo al presidente municipal Abarca, responsable directo del altercado, sobre todo cuando pretendió inculpar al ejército.

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