Celebrar el Día Nacional del Libro

La literatura no es sólo un acto de quietud, también hay movimiento, habilidad y creación.

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La primera vez que leí un libro no fue precisamente porque tuviera la intención, lo que me había llevado a sostener al pequeño, perdido en los estantes de una tienda departamental, era la fotografía en su portada. Una muchacha sentada con los codos sobre la mesa, que observa un árbol a través de una ventana. Una imagen que me atrapó y me hizo preguntarme: ¿cuál podía ser el argumento que hiciera elegir a los editores semejante fotografía? Me llevé el libro y descubrí una protagonista llena de infinitas preguntas, como si anunciará la llegada de las mías, ese fue el preludio de mi adolescencia. No sólo eso, iniciaron mis horas detrás de un libro impreso, un ibook, revistas y periódicos.

Después, con el pasar de los años, ese mover las páginas también se volvió en mover los pies. Recuerdo caminatas en la calle Donceles de la Ciudad de México, preguntándome dónde estaría la casa de Aura, protagonista de la novela de Carlos Fuentes. Sólo hasta que se me gastaron las energías y el calzado, pude dar con un librero de viejo que me reveló que tal cosa no existía. “Son tantos a los que diariamente les digo que aquí no vivió ninguna Aura”.

No obstante, la lectura dejo de ser un asunto de “soledad” (entrecomilló porque cuando uno lee dialoga con pensamientos de otras épocas) y se volvió en algo compartido, primero estudiando literatura en la universidad y ahora en el salón de clases como docente. Por eso, hace unas horas, antes de escribir esta columna, en la Comunidad Educativa “COLDEM” Colegio de México, instituto que dirige el C.P. Alonso Pérez Yates, nos reímos, escuchamos y cuestionamos sobre la lectura, tarea que fue facilitada por la conferencia de apertura de la periodista cultural Katia Rejón, quien habló con los estudiantes de secundaria sobre la revista de arte y cultura que dirige: Memorias de nómada, proyecto al que hay que seguir el paso. Así, también, la ponente dirigió unas palabras de motivación a la naciente revista estudiantil COLDEM HOY. De igual forma, la conferencista y bachiller Adelita Canul Canché expuso algunas fotografías de escritores-viajeros, una propuesta interesante que entrecruza fotografía, viajes y escritura.

La literatura no es sólo un acto de quietud, también hay movimiento, habilidad y creación. Por unos minutos mis estudiantes se volvieron “poetas dadaístas” con la facilidad, talento e indicaciones de las talleristas Lizeth López, Amairani Núñez, Ilka Martínez y Sarahí González, todas estudiantes de la Licenciatura en Literatura Latinoamericana. Finalmente, la directora de secundaria y antropóloga Verónica Sulú Rojas cerró agradeciendo el trabajo en equipo.

Este Día Nacional del Libro no hay mejor manera de celebrar que compartiendo el gusto y cariño hacia la lectura con adolescentes y niños. 

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