Puerta del paraíso

Eva fue tentada no con una manzana sino con con 500 mil billetes que algún demonio le ofreció.

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Las personas que predican, simpatizan o se adhieren -como potenciales aspirantes políticos- a la religión Católica no deberán tener duda de que Dios creó el mundo en siete días (en caso de que se haya tomado un descanso, entonces podemos comprender el porqué de la existencia de los trámites cansados y los burócratas, aunque éstos hagan puentes un día sí y el otro también). Para otros creyentes, digamos budistas o musulmanes, pues Buda y Alá son las máximas deidades, incluso superando al poderoso ente maya Kukulcán, el cual baja a saludar a los mortales por lo menos dos veces al año en forma de escalerita.

Pero si nos centramos en el catolicismo, entonces no habrá duda de que Dios –digamos Yahvé- puso a los primeros seres humanos sobre la tierra: Adán y Eva. La historia de ambos dos (Cantinflas así lo habría referido) es bastante conocida. Los dos andaban “bichis” (desnuditos) y viviendo de las mil maravillas. Todo era paz y tranquilidad, abundancia y riqueza, amor y nada de odio. Pero un buen día se le atravesó un culebrón a Evita –no a la legendaria argentina, la cual tenía más cojones que muchos machines- y la tentó.

Le dijo: “Mira, Eva, aquí hay una manzana tipo Golden –cuyo precio por kilogramo es de apenas unas monedas- y me gustaría que la probaras para saber si está buena; de ser así, pues podría tener un amplio cargamento para llevar a la Central de Abastos de Mérida, que dirige mi buen amigo Kirbey Herrera, y ofertarlas a buen precio”.

Evita, mirando con desconfianza a la “hulpoch”, le respondió que no, que jamás le metería el diente a esa sabrosa fruta porque Dios ya les había advertido de las tentaciones. “De ninguna manera, vil ratonera, me vas a convencer de comer la manzana. Primero, porque no quiero condenarme y, segundo, porque no tengo plata para pagarla y eso del crédito simplemente no me interesa; pagar cuantiosos intereses por años es cosa del demonio”, recalcó Eva, quien, sin embargo, ya tenía antojo de tan codiciada fruta.

El caso es que Adán se descuidó porque viajó a echar prédica –con lenguaje “pejelagartero”- a equis sitio de la tierra que, anteriormente, fue dominada por PRIceraptus Jarochus Ratus y por PANdinosáuricos Mochus Corruptus y Eva se quedó solita. Y como tenía hambre, pues le resultó fácil darle un mordisco a la manzana que, con insistencia tipo “voto a cambio de torta y juguito”, le cacareaba al oído la serpiente. Y finalmente la mujer cedió.

PRIMERA CAIDA.- Según los preceptos bíblicos, Eva cometió el craso error y de allí derivaron todos los males del mundo.

SEGUNDA CAIDA.- Tanto Adán como Eva fueron expulsados del paraíso y se fueron con el rabo entre las patas (popularmente hablando).

TERCERA CAIDA.- Eva Cadena fue tentada con 500 mil billetes que algún demonio le ofreció; la abanderada a una alcaldía jarocha no resistió y se llevó en bolsitas la nada despreciable marmaja. ¿La expulsará el “Peje-Adán” del paraíso que él promete a partir de 2018? Palabra del Señor… de Tabasco.

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