"El encuentro"

"El encuentro" ocurre cuando la otra persona se convierte, misteriosamente, en un ser especial para uno,

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Puedo ayudarte a aceptarte y abrirte si yo me acepto y me revelo ante ti.- Erich Fromm, psicoanalista

Todo crecimiento personal, todo daño y retroceso al igual que toda mejoría y avance se dan a través de nuestras relaciones con los demás. Lo que somos en diferentes circunstancias está determinado por nuestras relaciones con quienes nos aman o con los que no quieren amarnos y con los que amamos o nos negamos a amar.

Todo se da en “el encuentro”; no me refiero al encuentro casual, en el que sólo se intercambian saludos banales y formalismos sociales, vacíos de verdadero interés por el otro, sino a una relación especial entre dos personas, cuando una existencia está comunicándose con otra existencia.

“El encuentro” ocurre cuando la otra persona se convierte, misteriosamente, en un ser especial para uno, cuando se vuelve parte de nuestro mundo y de nosotros mismos. Es cuando, en lo humanamente posible, entramos en el mundo de lo que es real del otro y él o ella entra en el mundo de nuestra realidad. Cuando se da este “encuentro”, se experimenta cierta comunión, un acercamiento que sólo se logra cuando hay una comunicación honesta.

En “el encuentro” te comunico no tanto problemas y posibles soluciones sino que me comparto contigo; me abro a mí mism@ y te muestro mi mundo invitándote a entrar y si tú te abres a ti mism@ y a tu mundo, me invitas para que yo pueda entrar. En pocas palabras nos experimentamos como personas, en toda nuestra verdadera identidad. La vida humana tiene leyes, que no están escritas pero están vigentes; una de ellas es: “Usar las cosas y amar a las personas”. Cuando no se cumple esta ley, es una garantía de muerte de la felicidad y de la plenitud humana.

En “el encuentro” se siente una casi total y mutua empatía. Se da una honesta revelación mutua. Es mucho mejor para ambos decirte cómo me siento realmente acerca de ti, que fingir. Si quiero tu amistad debo estar dispuest@ a aceptarte tal y como eres. Si llegamos a la relación sin esta determinación de honestidad y apertura mutua no podrá haber amistad ni crecimiento. Simplemente no nos encontramos.
¡Ánimo! hay que aprender a vivir.

Lo más leído

skeleton





skeleton