El próximo miércoles 5 de julio, se cumplirán 15 años de haberse inaugurado el Centro Regional de Investigación, Documentación y Difusión Musicales “Gerónimo Baqueiro Fóster”. Sus creadores fueron los maestros Enrique Martín Briceño, actual director general de la Escuela Superior de Artes de Yucatán, y Alvaro Vega Díaz, director de la Licenciatura en Artes Musicales de la ESAY. Desde su fundación, el Centro Baqueiro Fóster ocupa el edificio Aladino Gómez del Centro Cultural La Ibérica, calle 37 entre 74 y 74 A.

Sus líneas de investigación son la canción yucateca, en sus vertientes musical y literaria; la música del porfiriato yucateco, y la música de concierto del siglo XX. El trabajo de los investigadores fundadores, Enrique Martín y Alvaro Vega, se inscribe en las tres líneas mencionadas; José Juan Cervera Fernández se ocupó de la vertiente literaria de la canción yucateca, y Luis Pérez Sabido, investigador desde septiembre de 2004 y director del centro desde octubre de 2007, estudia, documenta y difunde diversos aspectos de la canción yucateca: sus géneros, desarrollo histórico, creadores, trovadores e intérpretes; Ricardo Pérez Burad se ocupó de los catálogos de la obra de músicos locales, y Paúl Rodríguez, responsable de la Fonoteca “Adda Navarrete”, estudia y cataloga los registros musicales, voz viva y paisajes sonoros de Yucatán.

El maestro Pedro Carlos Herrera revisa las partituras históricas para su publicación o ejecución y elabora nuevas partituras para los repertorios de la Orquesta Típica Yukalpetén, orquestas sinfónicas y grupos de cámara. Cuenta con el apoyo de Juan Roberto Herrera, quien realiza el dibujo musical digital y elabora los formatos correspondientes.

El centro cuenta con la Biblioteca “Luis Rosado Vega” especializada en música, historia y literatura yucatecas, donde se preservan partituras, cancioneros pautados y otros documentos de los siglos XIX y XX; desde su fundación la biblioteca estuvo a cargo del músico Manuel Alcocer Mézquita y ahora está bajo la responsabilidad del maestro Aarón Sánchez López, y con un área de restauración a cargo de Gilberto Góngora Caamal y Timoteo Collí, donde se fumigan, limpian y restauran los documentos que se reciben antes de ser depositados en el acervo histórico.