Esperanza y optimismo

Los optimistas son los que cuando algo no sale bien piensan que si modifican algún aspecto de su actuación lograrán el éxito al siguiente intento...

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La vida es una cadena de logros y gozo para aquellos que piensan positivamente y se esfuerzan y una verdadera tragedia para los pesimistas.- Horace Walpole, escritor. 

Ser optimista, es abrigar esperanzas, significa tener expectativas de que, en general, las cosas saldrán bien en la vida a pesar de contratiempos y adversidades.  El optimismo evita que caigamos en la desesperanza y en la apatía ante la adversidad. La esperanza, el optimismo y el pensamiento positivo reportan beneficios en la vida. Por supuesto, me refiero a un optimismo realista que suma esfuerzos y se anima con posibilidades humanas y no soñadoras e ingenuas. 

El optimismo es como uno se explica a sí mism@ sus éxitos. Los optimistas son los que cuando algo no sale bien piensan que si modifican algún aspecto de su actuación lograrán el éxito al siguiente intento y/o oportunidad, a diferencia del pesimista que se llena de pensamientos negativos y de ineptitud, diciendo: “Esto, no se puede”. Estas dos actitudes y pensamientos tan opuestos tienen profundas implicaciones en la vida de las personas. 

El optimismo es la combinación del talento razonable y la capacidad de seguir adelante ante las derrotas. Es la habilidad para motivarse y lograr lo que uno anhela. Se ha comprobado que la estructura mental del pesimista conduce al desánimo y a la desesperación mientras que la del optimista genera esperanzas. Por ej. el optimista no se considera a sí mismo como el motivo del fracaso sino que a algún otro factor de la situación. El optimismo y la esperanza, al igual, que la impotencia y la desesperación se aprenden. 

La “autoeficacia” es la creencia de que uno tiene dominio sobre los acontecimientos de su vida y acepta los desafíos tal como se presentan. Al desarrollar una competencia se refuerza la noción de “autoeficacia”, haciendo que se esté más dispuest@ a correr riesgos y mayores desafíos; al superarlos aumenta la noción de “autoeficacia”. Esta actitud hace que la persona utilice de manera óptima sus habilidades. 

Albert Bandura, psicólogo, dice: “La convicción de la persona respecto a sus habilidades las refuerza y encuentra la mejor manera para manejar lo que emprenda en lugar de preocuparse por lo que pueda salir mal”. 

¿Cómo es tu actitud?: ¿optimista o pesimista? Ahí está el éxito o el fracaso en lo que emprendas.  

¡Ánimo! hay que aprender a vivir.

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