Cuando el gobierno del estado mete la mano, acaba metiendo la pata. Esta regla pata de mula se ha manifestado en Quintana Roo con dos proyectos rescatados por el gobierno de Joaquín Hendricks que colapsaron en cámara lenta, succionando en su caída tantos millones de pesos: el mega invernadero Chan Santa Cruz de Felipe Carrillo Puerto y el monumento al mestizaje mexicano, más conocido como la mega escultura instalada en la bahía de Chetumal.

El mega invernadero fue inaugurado por el presidente Vicente Fox en marzo de 2003, pero el empresario español Rufo Antonio Gutiérrez –su principal impulsor– se hizo a un lado porque no pudo acceder al financiamiento previsto. Un año después la Interpol lo persiguió y capturó, a petición del gobierno de San Luis Potosí.

El gobierno de Joaquín Hendricks se endeudó con 700 millones de pesos para mantener a flote el mega invernadero que fue presentado como la reina de las maravillas para la producción de pepino con calidad de exportación. Al final el producto insignia de Hidroponia Maya fue el chile habanero, pero los costos de producción eran de escándalo, con directores tan ineptos como el ex alcalde priista de José María Morelos, Otto Ventura Osorio.

La megaescultura de la bahía de Chetumal –cuyo autor es el chihuahuense Sebastián– ha absorbido 254 millones de pesos, 100 de ellos aportados por el gobernador Roberto Borge en la recta final de su turbulento mandato. La inversión proyectada originalmente era de 280 millones y participarían grandes empresarios y representantes de Fundaciones que no tuvieron noticias del proyecto que quedó en manos del gobierno estatal a partir de Joaquín Hendricks.

Pero la mega escultura es un fraude como proyecto, ya que la belleza artística y arquitectónica fue dañada a golpe de marro, con improvisaciones de albañiles chambones.

En Jalisco nos dieron una bofetada con su acuario Michin que fue inaugurado este domingo, con una inversión privada superior a los 300 millones de pesos, al tú por tú con lo desperdiciado en la mega escultura. El tapatío es el acuario más grande de América Latina y contiene 4 mil ejemplares de 150 especies. Portento de obra del sector privado que cuida su inversión, mientras en Quintana Roo los millones son ajenos y no les duele desperdiciarlos.