Persona plenamente humana
Crecer como persona es la tarea más importante en el lapso de tiempo que llamamos 'vida', para lo que es indispensable la auto-comunicación...
No estoy en competencia con nadie, no deseo ser mejor que nadie más. Simplemente intento ser mejor que la persona que fui ayer.- Anónimo
Crecer como persona es la tarea más importante en el lapso de tiempo que llamamos “vida”, para lo que es indispensable la auto-comunicación y el encuentro interpersonal. Es una aventura fascinante este “crecimiento”; es una decisión consciente, valiente, constante y que requiere autodisciplina, convicción, esfuerzo y voluntad.
Es un proceso que dura toda la vida, procurando el equilibrio entre “la interioridad” y “la exterioridad”. El mundo interior nos exige exploración y experiencias de uno mismo estando conscientes de la vivacidad de los sentidos, sentimientos, emociones, mente, voluntad y espíritu. Crecer como persona humana es experimentar toda la variedad de las emociones, desde la más dolorosa e inquietante hasta la más tierna, plácida, alegre y reconfortante. Tener la mente viva, ágil, curiosa, en el encuentro con diversas situaciones y retos del ambiente, saboreando lo que ya se conoce y sorprendiéndose con lo nuevo.
La interioridad de la persona, el contacto íntimo con su vasto mundo interior, implica auto-aceptación y auto–actualización, sabiéndose totalmente humana, consciente de sus actividades y anhelos físicos, psicológicos y espirituales, reconociendo la presencia constante e innegable del Creador. Reconoce su ser como “su casa” y se siente a gusto con su cuerpo, sus emociones y sentimientos; sus impulsos, pensamientos y deseos abriéndose a nuevas sensaciones, pensamientos, deseos y estados anímicos cambiantes; acepta su condición interna y externa sujeta a cambios.
La persona plenamente humana se acepta tal cual es y confía en sus potencialidades. Es realista acerca de sus limitaciones, no sueña con lo que quiere ser sino que explora, descubre y ama lo que realmente es. Cada día se auto-actualiza. Se revela con una personalidad auto-renovada y en cambio constante con fe en sus habilidades y recursos, para trascender los retos. Se adapta y protege de los desafíos que se le presentan.
Esta auto-aceptación y visión de la vida nos habilita para vivir con plenitud y confianza con todo lo que cada quien es, teniendo un contacto profundo y significativo con el mundo exterior en el que se está inmerso.
¡Ánimo! hay que aprender a vivir.