Comparte el color y la tradición de las piñatas con sus nietos

Con la venta de piñatas ha sacado adelante a su familia; ahora comparte la tradición con sus nietos.

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Doña Rosario Medina muestra un modelo de la piñata más demandada en esta época: la estrella con sus “picos”. (Fotos de Victoria González/SIPSE)
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Victoria González/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- De mucho color ha sido siempre la visión y la vida de doña Rosario Medina Heredia, de 69 años de edad, quien desde pequeña heredó el oficio de fabricar piñatas, y ahora, junto con sus nietos y su nuera, continúa con esta labor de mucha tradición en todo México.

Se acercan las fechas consideradas por algunos como las más importantes del año, en las cuales la venta de piñatas se multiplica, pues en Navidad y Año Nuevo inicia una fuerte demanda de estos artículos que vienen en variadas formas, aunque las que representan una estrella con sus picos son las que tienen más “salida” en esta época.

 
En la fabricación de las piñatas toda la familia apoya. 

Los precios de estos artículos van desde 40 hasta los 500 pesos, dependiendo del tamaño y del gusto del comprador, pero las que más salida tienen son aquéllas que se venden entre 120 y 250 pesos.

Doña Rosario comenta que a través de los años este oficio no sólo le ha dado de comer, sino que también le ha permitido crecer a sus hijos y ahora también a sus nietos, en quienes ve un futuro provechoso, ya que además de ir a la escuela le ayudan en sus ratos libres a fabricar las piñatas, mismas que se venden lo mismo en fechas especiales que en cualquier época del año, en forma de encargos o pedidos.

 

El local de doña Rosario se ubica en la calle 77 entre 55 y 57 de la colonia San Antonio Kaua III, de Kanasín. Ahí abundan las sonrisas mientras se fabrican unas 37 piñatas al día. Las manos trabajan a toda velocidad y la culminación del trabajo depende de cuántos pueden ayudar, jugando un papel importante para ello el clima, pues si llueve no se puede avanzar mucho.

Oficio heredado

Entre charlas y risas, doña Rosario cuenta cómo ella aprendió de sus padres las diferentes formas y decoración de las piñatas, pero en especial las “estrellas de fantasía”, que asegura que sólo ahí se pueden encontrar, pues las realiza con una técnica especial para el manejo del papel.

“No es sólo pegar por pegar el papel metálico de varios colores, sino que hay que tener mucha paciencia para que no se rompa y tenga una vista elegante”, dice.

Junto a su nuera Yeimi y sus nietos Jesús, Berenice y Uriel, doña Rosario está rodeada de mucha ayuda, pues Jesús se encarga del moldeado de las piñatas, Yeimi y Berenice le apoyan en el decorado de las mismas y Uriel a veces ayuda a cargar las piñatas más pequeñas, aunque con sus tres años de edad aporta más que nada risa y alegría a las labores.

 

Para esta Navidad y Año Nuevo ya tiene lista una gran cantidad de piñatas, pues existen mayoristas que realizan con doña Rosario sus pedidos para luego vender los productos en el Centro de la ciudad, aunque también quien quiera comprar puede ir directamente a su casa, y así apoyar el trabajo que desarrolla esta familia, ya que buscan incrementar sus ahorros para poder comprar unos lentes a Angélica, la nieta de nueve años de doña Rosario.

Así que si usted planea romper la tradicional piñata en Navidad o Año Nuevo con su familia, ya sabe dónde encontrará una de buena calidad.

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Jesús se encarga del moldeado del tradicional artículo.

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