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MÉRIDA, Yucatán.- Mérida se suma a las 10 ciudades que se unirán en una actividad simultánea para regalar abrazos en espacios públicos, como un acto para honrar a los niños con cáncer y promover el apoyo aquellos menores de bajos recursos que necesitan una correcta alimentación para avanzar en su tratamiento.

El evento es organizado por la asociación Abrazos de Corazón JE, AC, que trabaja para promover la nutrición de los pacientes oncológicos con planes alimenticios veganos y suplementos específicos para brindarles las propiedades que fortalezcan su cuerpo y eleven su calidad de vida.

En entrevista José H. Underwood, presidente y fundador de la organización, explicó que es una asociación de segundo nivel que apoya a los albergues que le dan atención a niños con cáncer, no obstante también benefician a infantes con enfermedades crónico degenerativas. 

El sábado 8 de octubre, de 16:00 a 19:00 horas en espacios públicos de Morelos; León, Guanajuato; Oaxaca, Mérida, Yucatán; Ciudad de México, Durango; Cancún, Quintana Roo;  Salt Lake City, Utah, y Denver, Colorado, en EU.

En estos sitios durante tres horas los voluntarios regalarán abrazos y promoverán la donación para recaudar fondos orientados a la compra de los suplementos alimenticios que se entregan a los albergues, así como la implementación de esquemas de nutrición específicas, ambas libres de proteínas animales.

Este movimiento tiene sus orígenes en la historia familiar de su fundador, quién vivió en casa la lucha contra el cáncer que valientemente llevó hasta el final su hijo José Enrique, quien falleció el 12 de octubre de 2013 a los 18 años.

La fortaleza de espíritu y ganas de vivir al máximo dio como resultado que el diagnóstico desolador que pronosticaba meses de vida se prolongara dos años.

En ese tiempo vivió aventuras y compartió todo lo que pudo con los niños con cáncer, a quienes visitaba para alentarlos a seguir adelante.

Con ese espíritu de generosidad y desprendimiento para servir a los demás, antes de su despedida final, le dejó a su padre un profundo abrazo y la misión de continuar su lucha con los pacientes oncológicos infantiles.  

Su padre en medio del dolor de la pérdida, aceptó el reto y desde entonces ha trabajado a favor de los niños en dicha condición que no cuentan con recursos.