José Salazar
MÉRIDA, Yuc.- Ante el uso desmedido de pesticidas prohibidos, especialistas de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady) iniciaron un censo en 29 municipios del Estado para identificar el impacto de los químicos en el incremento del cáncer de mama y cervicouterino, dada la alta contaminación que las mujeres yucatecas presentan en la sangre y leche materna.

Ángel Polanco Rodríguez, especialista del Centro de Investigaciones Regionales “Dr. Hideyo Noguchi” de la Uady, explicó que el estudio se realiza con financiamiento del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y analizará el uso de plaguicidas en la producción local de chile habanero, papaya, frijol, calabaza, tomate, pepino, sandía, melón, maíz y cítricos, entre otros.

“Los agroquímicos organoclorados detectados y que presentan alto riesgo para la salud son: DDT, aldrín, endrín, dieldrín, endosulfán I, endosulfán II, heptacloro, alfa lindano, beta lindano, gama lindano y delta lindano”, acotó.

Explicó que en el estudio de campo se demostró que en Yucatán aún se manejan agroquímicos prohibidos o restringidos, en especial, los organoclorados, los cuales son compuestos químicos orgánicos que fueron modificados reemplazando algunas de sus partículas por átomos de cloro.

Explicó que los organoclorados conforman un grupo de pesticidas artificiales desarrollados principalmente para controlar las poblaciones de insectos plaga.

Indicó que estos pesticidas, una vez aplicados en actividades agrícolas, pueden subsistir por años o décadas en el aire, en los suelos y en el agua, por ello se les conoce como “Contaminantes Orgánicos Persistentes” (COP).

“La llamada ‘revolución verde’ a nivel internacional usó grandes cantidades de pesticidas para asegurar la autosuficiencia alimentaria; sin embargo, ahora se pagan costos muy altos en materia de salud pública y medio ambiente, y Yucatán no es la excepción”, abundó.

Daños al cuerpo 

Polanco Rodríguez añadió que estos pesticidas son productos sintéticos que imitan las funciones de las hormonas del ser humano y pueden entrar al cuerpo a través del agua que se bebe, los alimentos que se consumen, por vía cutánea o por inhalación, por lo que acumula en el tejido graso.

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Al empezar a actuar en el ser humano, inicia un proceso químico-biológico que suplanta la acción natural de las hormonas, interfiriendo en su producción, liberación, transporte y unión a receptores específicos.

De igual forma, bloquea la acción hormonal natural y predispone el desarrollo de procesos cancerígenos.

“Estas alteraciones pueden desarrollar problemas de salud pública, como cáncer cervicouterino o mamario, malformaciones congénitas, muerte fetal o infantil”, abundó.

• El cáncer es una enfermedad devastadora en etapa avanzada, pero cuando se descubre a tiempo puede atenderse y hasta tener una curación total, incluso con bajo costo.
• Los médicos de primer contacto no piensan en el cáncer al momento de examinar a los pacientes, esta situación dificulta y retrasa el diagnóstico, por ello deben capacitarse en el tema, lo que ayudará a que más pacientes lleguen a tiempo al especialista.