¿Sabías que los mayas prehispánicos comían perros?

Se acabó la raza de canes que domesticaron los indígenas y que incluso les servía de alimentación en algunas ceremonias.

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Los perros formaban parte de la vida de las culturas prehispánicas, como los mayas. (Imagen ilustrativa/ Milenio Novedades)
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Ana Hernández/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yucatán.- A casi 500 años del inicio de la Conquista, y de que los españoles trajeran consigo algunas razas europeas de perros, en Yucatán ya no existen los canes “malixes”, luego de que poco a poco se ha perdido ese pedigrí prehispánico.

La zooarqueóloga Carolina Ramos Novelo explicó que los perros que habitan en la entidad son más grandes a las razas que prevalecían en esta región durante el esplendor maya, y aunque estos cánidos eran parte de la vida cotidiana, también llegaron a ser una fuente secundaria de alimentos, posiblemente para alguna ceremonia.

En entrevista, señaló que los perros “malixes” o comunes de la época prehispánica eran más pequeños que los actuales, que son de 9 a 21 cm más altos; además de la talla existen diferencias morfológicas notables.

Cuestionada sobre la posibilidad de extinción de la raza originaria de perros en la zona, señaló que “con base en el estudio osteométricos y morfológicos es posible decir que los perros malixes o comunes modernos, no se parecen en nada a los de la época maya”.

Esto se debe, aseguró, a que durante la Conquista trajeron diversas razas de perros de Europa, las cuales prácticamente acabaron con la población de los canes locales. 

Considerando que los españoles se distribuyeron por todo el estado, dijo, es poco probable que los perros comunes modernos de comunidades alejadas tengan parentesco con los prehispánicos.

Las diferencias son significativas: la robustez de la especie, el maxilar, el hocico alargado y estrecho forman parte de las características de los canes actuales.

Carolina Ramos comenzó a estudiar arqueología y cuando descubrió la zooarqueología o arquezoología, dio un giro a su formación profesional ya que le fascinan los animales, por lo que se especializó en esta subdisciplina.

Sobre los restos óseos con los que ha trabajado, indicó que el primer hallazgo de huesos de perro fue en una cueva cerca del centro de México, y en lo que al  área maya se refiere, uno de los hallazgos más significativos ha sido una ofrenda de perros encontrada en el sitio de Chac-mool, Quintana Roo, por Raúl Valadez Azua.

Entrevistada sobre la función del perro para los mayas, comentó que los canes comunes o “malixes” de la época prehispánica eran usados como animales de compañía y fuente secundaria de alimento, es decir, efectivamente los consumían, pero pudo haber sido durante ceremonias en específico.

Explicó que la carne que más consumían los mayas era de venado cola blanca, además que, según la evidencia material, la práctica de consumo de perros inició en el período postclásico.

“Los restos de perros sin evidencias de consumo aparecen desde el período clásico”, explicó.

Los canes formaban parte de la vida de las culturas prehispánicas, como reflejan incluso las figuras que se han encontrado en algunos sitios de investigación arqueológica. 

En busca de formación 
  • En las zonas arqueológicas no es difícil hallar restos de animales, el problema para los investigadores es la cantidad y su estado de conservación.
  • Los hallazgos de estos restos sirven para averiguar la alimentación, el clima o el papel de los animales en las culturas antiguas.
  • Obtener la información no es complicado para los especialistas, una vez que saben cómo realizar esos trabajos de investigación

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