Embarazadas que sufren por violencia, ¡no están solas!

Dan a conocer un sinnumero de organizaciones que ayudan a mujeres afectadas a tener una vida digna.

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La magistrada Ligia Cortés Ortega y la licenciada Luisa Martínez Rétiz de la Asociación de Mujeres Profesionales con Liderazgo Cetemista estuvieron en el programa Salvemos una vida. (Amílcar Rodríguez/Milenio Novedades)
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Cecilia Ricárdez/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- ¡No estás sola!, expresó de manera contundente Ligia Cortés Ortega magistrada del Tribunal Superior de Justicia al referirse a las mujeres embarazadas que sufren diferentes tipos de violencia, reiteró que las autoridades y organizaciones de la sociedad civil están para ayudar a romper el círculo de violencia y atenderlas para ejercer su derecho de una vida digna y en paz para sí mismas y sus hijos.

Cortés Ortega y la licenciada Luisa Martínez Rétiz de la Asociación de Mujeres Profesionales con Liderazgo Cetemista fueron las invitadas del programa radial Salvemos una Vida, que se trasmiten los viernes a las 11:00 horas en la frecuencia 1001.1 FM de Grupo SIPSE radio.

Bajo la conducción de Jorge Barrera y Esperanza Nieto se desarrolló el tema de violencia en el embarazo el cual se presenta en mujeres de todas las edades y estratos sociales.  En la charla promovió la denuncia y las instituciones que las apoyan.

Para este fin, invitaron aquellas que se encuentren en esta situación, a que acudan a la Fiscalía General del Estado, o al Centro de Justicia para la mujer, dependiendo de la gravedad se le da albergue a la víctima y a la familia, la Procuraduría de a Defensa del Menor y la Familia.

Además de estas alternativas  pueden recurrir, según el caso, la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, Fiscalía General del Estado, las agencias del Ministerio Público, Centro de Desarrollo Integral y Atención a la Violencia Intrafamiliar, Procuraduría de la Defensa del Menor y la Familia, Instituto para el Desarrollo de la Cultura Maya, Centros de Superación Integral del ayuntamiento, Centro de Atención Comunitaria, Instituto para la Equidad de Género en Yucatán, Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán, Acción Popular de Integración Social, Unidad de Atención Sicológica, Sexológica y Educativa para el crecimiento personal A. C. , DIF estatal y municipal, Vida y Familia A. C. y Casa Crisal.

A estos esfuerzo se suma la labor dela Asociación Yermo y Parrez, fundad por la magistrada Ligia Cortéz Cervera. Allí se brinda ayuda a personas que han sufrido violencia, con atención jurídica, psicológica y espiritual.

'Esa vida que tiene adentro la mujer, hay que defenderla'

“En medio de un contexto de violencia parece que la culpa es de la mujer y no lo es, por eso les decimos, no están solas, busquen ayuda. Si estás embarazada, si estás en peligro, la mujer debe tener conciencia de que esa vida que tiene hay que defenderla, porque es una bendición de Dios”, apuntó Cortéz Cervera.

Destacó que en esta etapa la mujer está más sensible, y rodearse de un ambiente hostil puede provocarle problemas en su salud física, emocional y mental. También se da la violencia económica, cuando el compañero de la mujer embarazada le amenaza de omitir el apoyo económico para la gestación o el parto.

Luisa Martínez Rétiz de la Asociación de Mujeres Profesionales con Liderazgo Cetemista, dijo que puede haber abuso antes, durante y después del embarazo, lo que provoca que se siembre el maltrato a largo plazo, porque una mujer  violentada es probable que también trate mal al hijo.

“En la asociación estamos intentando que la mujer tenga conciencia que el maltrato en el embarazo, puede complicar y acrecentar la violencia, las invitamos a que no minimicen ninguna agresión, si creen que ha sido violentada, hay asociaciones, instituciones.

Ligia agregó que estos niveles de estrés puede derivar en baja autoestima y el feto absorbe todo, al grado de que la mujer pierde el interés de ser madres y tiene 50 por ciento de sufrir depresión postparto. 

“A todo esto se suma la violencia obstétrica, aquella  agresiónejercida por el personal de salud, o parteras, una violencia que resulta a veces ‘normal’, como esos labores de parto en las que te hacen caminar y hacer esperar demasiado no es necesario. Alguien que vivió esto, junto con violencia física y emocional, consecuencias negativas para la crianza de su hijo y un bebé desatendido es un bebé violentado”, abundó.

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