SCJN dice 'no' a siembra de soya transgénica en Yucatán

La Segunda Sala del máximo tribunal del país dio la razón a comunidades mayas productoras de miel.

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La SCJN dio la razón a productores de miel, quienes se ampararon ante la justicia mexicana para evitar que Monsanto sembrara soya transgénica en la Península de Yucatán. La imagen está utilizada sólo con fines ilustrativos. (Milenio Novedades)
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Agencias
MÉXICO, DF.- La Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) decidió a favor de las comunidades mayas y suspendió provisionalmente los permisos de siembra de soya transgénica en la Península de Yucatán, otorgados por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) a la trasnacional Monsanto.

Con este fallo a favor de los amparos promovidos por pueblos mayas, la SCJN anuló el permiso concedido por la dirección general de Sanidad Vegetal del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), dependiente de la Sagarpa, a la trasnacional Monsanto para la producción de soya transgénica.

Por votación unánime, la Segunda Sala determinó que los permisos otorgados por la Sagarpa a Monsanto violan el derecho de consulta de los apicultores.

La Segunda Sala de Máximo Tribunal ordenó, sin que se tomará en cuenta las implicaciones que este tipo de siembra puede ocasionar al medio ambiente, que se lleve a cabo una consulta al pueblo maya. Los ministros señalaron que se debe escuchar a las comunidades, tal como lo dicta la Constitución Mexicana y diversos tratados internacionales que México ha suscrito.

Sin embargo, los apicultores mayas que promovieron los amparos, alertaron de que se deben ampliar las garantías del fallo teniendo en cuenta las implicaciones medioambientales y el principio precautorio.

La siembra de soya genéticamente modificada en la región, ha provocado un proceso de deforestación acelerada en la que es considerada la última selva mexicana. Tambén tiene otras consecuencias como la concentración de la tierra, pérdida de empleos y daños a la salud. Según el testimonio de los apicultores, la pérdida de árboles dificulta el control sobre las abejas y éstas a su vez presentan desorientación.

El de la miel es un negocio que en el último año generó ganancias por mil millones de pesos. El principal socio comercial de los apicultores mayas es Europa, que ha preferido la miel mexicana, por ser libre de transgénicos, sin embargo, la producción más reciente ya está contaminada por estas semillas, además de que la cantidad se ha visto afectada.

Hace 18 meses, por un amparo que interpusieron los apicultores, cuatro jueces locales frenaron el permiso de Monsanto. Sin embargo la empresa y el Gobierno federal impugnaron el fallo que será abordado el día de mañana por la Segunda Sala de la SCJN, integrada por el ministro Fernando Franco González, Margarita Luna Ramos y Eduardo Medina Mora.

En 2012, la Sagarpa autorizó a Monsanto la siembra de soya en 253 mil hectáreas en la Península de Yucatán, la Planicie Huasteca y Chiapas.

Los apicultores y las comunidades mayas acudieron ante la justicia federal al considerar que se vulneraban sus derechos a la consulta libre, previa, informada y culturalmente adecuada y a un medio ambiente sano; estos argumentos les fueron reconocidos por jueces federales mediante sentencias emitidas en 2014, pero fueron impugnados por la Sagarpa y por Monsanto. El caso llegó a la SCJN dado a su trascendencia y relevancia, y la posible afectación o alteración de valores sociales, así como la convivencia y bienestar para las comunidades apícolas mayas que habitan en la Península de Yucatán.

En el caso particular de Yucatán, el 27 de febrero de 2012, las agrupaciones Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (Unorca), Miel Integradora S.A. de C.V., Sociedad de Solidaridad Social “Apícola Maya de Yucatán”, Litiga, Organización de Litigio Estratégico de Derechos Humanos (Litiga OLE) y Greenpeace demandaron a los titulares de la Sagarpa y de la Semarnat, por la inconstitucionalidad que representaba el otorgamiento del permiso para siembra comercial de soya transgénica.

Antecedentes

Bajo el argumento de que la liberación al ambiente de soya genéticamente modificada no implica riesgo alguno, el 11 de mayo de 2012, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales emitió un dictamen favorable. Y el 6 de junio, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación aprobó a Monsanto Comercial, SA de CV (proveedor global de tecnología y productos para la agricultura), el cultivo a escala comercial de su semilla en la Península de Yucatán.

El permiso se otorgó a pesar de que la siembra piloto y experimental de soya genéticamente modificada habría contaminado 40 toneladas de miel producidas en la Península de Yucatán, como lo demostraría el desvío que hicieron los comercializadores del cargamento dirigido a la Unión Europea, ocurrido en 2012. También, los siete amparos que interpusieron organizaciones y comercializadoras de miel para evitar la nueva autorización.

Para la Comisión Nacional para el Conocimiento y el Uso de la Biodiversidad (Conabio) en el Análisis de riesgo 007/2012, el riesgo era mayúsculo.

“Existe una coincidencia geográfica entre las zonas de producción de miel en la Península de Yucatán y los polígonos propuestos de liberación al ambiente de soya genéticamente modificada”; y en su "recomendación final", dice: no se considera viable la liberación en los polígonos solicitados”. Y de allí, las organizaciones de productores entablaron la denuncia ante el Juzgado Primero de Distrito que falló a su favor en 2014.

Hasta el año pasado, México era sexto productor y tercer exportador mundial de miel de abeja después de Argentina y China.

Más del 80 por ciento de la producción nacional se destinaba a la Unión Europea, principalmente a Alemania, donde goza de prestigio.

Alrededor de 41 mil apicultores mexicanos, en su mayoría campesinos e indígenas, dependen de la actividad. En 2010 produjeron 55 mil 684 toneladas de miel con un valor de casi 1 mil 726 millones de pesos.

Principal fuente de ingreso

Sólo en Yucatán se contabilizan al menos 17 mil productores apícolas. “La miel para los campesinos de la región es una de las principales fuentes de ingreso, una de las formas de sobrevivencia. El año pasado no se logró la cosecha de maíz por la sequía.

La producción de miel en Yucatán es de unas 10 mil toneladas en promedio al año y en 2013 sólo se produjeron de cinco mil a seis mil toneladas, lo que significa "un déficit y pérdidas de más de 200 millones de pesos".

(Con información de sinembargo.mx)

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