Ana Hernández/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yucatán.- Yucatán requiere un monitoreo de la situación real de su acuífero, hacer una línea base en la que participen la Conagua, las instituciones educativas y los centros de investigación para conocer el impacto que tendrá o afrontará la entidad ante la extracción de grandes volúmenes de agua para la elaboración de diversos productos.

El Dr. Paulo Salles Afonso de Almeida, investigador titular del Laboratorio de Ingeniería y Procesos Costeros de la Universidad Autónoma de Yucatán y coordinador general del Laboratorio Nacional de Resiliencia Costera, presentó los resultados de un estudio que realizan para conocer cómo funciona y se comporta el acuífero en la zona costera ante la variabilidad del mar, de las lluvias e incluso de extracciones importantes, porque podría ocasionar un efecto negativo al acelerar la salinización del vital líquido.

En julio pasado informamos que, de acuerdo con el cálculo del agua renovable en la entidad que realizó la Comisión Nacional del Agua -el cual considera el crecimiento de la población-, para el año 2030 cada yucateco verá reducida en mil 623 metros cúbicos el agua disponible, en comparación con su consumo actual.

Lo anterior significa que de los seis mil 740 m3 por habitante al año, que estaban disponibles hasta 2013 para 2030 la cifra se reducirá a 5 mil 117 m3.

Salles Afonso de Almeida indicó que este trabajo se basa en la importancia de conocer la relación de interacción entre el mar y el acuífero.