Moscos invaden la zona costera yucateca

Turistas huyen de los insectos por miedo a enfermedades como zika, dengue o chinkungunya.

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El descuido del ayuntamiento progreseño ha provocado el crecimiento de la maleza y la proliferación del mosco. (Milenio Novedades)
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Gerardo Keb/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yucatán.- En la recta final de las vacaciones de verano, miles de temporadistas sufren el ataque masivo de moscos en la costa norte, al menos de Chelem a Chuburná Puerto, donde nubes de insectos se han convertido en un dolor de cabeza en los predios veraneantes. 

Debido a esto muchas familias optaron por recortar su estancia en la playa durante lo que resta de las vacaciones.

De acuerdo con los datos recabados, a diferencia de años pasados, esta vez la Comuna no destinó personal para una fumigación masiva al inicio de la temporada de lluvias, situación que se suma al descuido en las calles, cuyos baches se han convertido en criaderos de los mosquitos que hacen sufrir a los vacacionistas y habitantes.

El piquete es lo de menos, ya que los vacacionistas, por temor a contraer dengue, chikungunya o zika, están el tiempo suficiente en el puerto para bañarse antes de que empiece el ataque nocturno.

Veraneantes aseguran que las autoridades no han fumigado ni una sola vez en la temporada

En la temporada de lluvias diversos sectores de Progreso y sus comisarías sufren encharcamientos, aumento en la maleza que ha cubierto partes de las calles, así como acumulaciones de agua en diversos sitios, ante esto la cantidad de moscos en la zona ha crecido exponencialmente, arruinándole las vacaciones a temporadistas.

A pesar de la situación, con el miedo por los 10 casos de zika en embarazadas, casos de chikuguya y dengue, el ayuntamiento aún no toma medidas con respecto a fumigaciones constantes que permitan la disminución en la población de moscos, poniendo en riesgo a pobladores y visitantes durante la temporada vacacional. 

De acuerdo con temporadistas, durante su estancia en las casas de playa no han visto que se pase a fumigar por sus hogares ninguna vez; los pobladores dieron a conocer que el puerto luce completamente abandonado convirtiendolo en el lugar perfecto para el desarrollo de enfermedades.

Aunque  no se han registrado casos de enfermedades transmitidas por vectores, la gente teme por su seguridad, lo que puede desencadenar en la salida anticipada de visitantes, con el consecuente daño a la economía de la costa. 

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