José Salazar/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yucatán.- Yucatán concluyó 2016 en segundo lugar a nivel nacional entre las entidades que más casos de zika reportan con 819 contagios. De este total, el 86 por ciento, es decir, 711 corresponden a mujeres, de las cuales 490 (el 45 por ciento) adquirieron la infección mientras estaban embarazadas. 

En hombres, se registraron únicamente 108 casos de zika en 2016. De acuerdo con el Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Enfermedad por virus del Zika en la semana 51 epidemiológica, con corte al 30 de diciembre, se registraron en Yucatán 16 casos nuevos,  14 se presentaron en personas del sexo femenino y dos, en el sexo masculino.

Las cinco entidades que más casos de zika reportaron al cierre de 2016 fueron: Veracruz con mil 789; Yucatán con 819; Guerrero con 796; Nuevo León con 782; y Chiapas con 769.

En casos de mujeres embarazadas con zika, Veracruz mantuvo  el primer sitio con 748; seguido de Nuevo León con 543; Chiapas con 518; Yucatán con 490; y Guerrero con 410.

El zika, enfermedad que emergió en 2015 y se intensificó en 2016, es objetivo de continua investigación en todo el mundo debido a su relación con las malformaciones congénitas, en especial cuando la mujer embarazada contrae la infección durante el primer trimestre de la gestación.

Un estudio divulgado en diciembre y realizado por investigadores del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos reveló que el 6 por ciento de estos niños nacieron con anomalías congénitas relacionadas con zika, lo que incluye pero no se limita al trastorno cerebral conocido como microcefalia. 

El estudio dio seguimiento a 442 mujeres embarazadas expuestas al virus que concluyeron sus embarazos entre el 15 de enero y el 22 de septiembre de 2016.

Otro estudio,  también realizado por el CDC, reveló que el virus de Zika todavía estaba activo y replicándose en los cerebros de los niños días después que nacían. Es decir, el virus persiste como una amenaza después de la vida uterina.

Expertos en salud pública señalan la necesidad de que los pediatras valoren a los lactantes que pueden haberse expuesto “in utero” al zika, aun cuando no muestren signos evidentes de infección al nacer. Se recomienda una valoración intensiva y una vigilancia exhaustiva de cómo evoluciona la enfermedad y la importancia de garantizar a los niños afectados el acceso a tratamiento y terapias útiles de manera oportuna.

Julie Fischer, quien dirige el Centro para Ciencia de Salud Global y Seguridad en la Universidad Georgetown en Estados Unidos mencionó que la atención se ha dirigido en gran parte al embarazo y al tratamiento y la identificación de mujeres embarazadas pero que los pediatras no están tan sensibilizados a estos problemas.