Brasil sufre otro 'Maracanazo'

Los brasileños tienen desde este martes otra herida de esas que no cicatrizan nunca.

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El Mundial que más ilusionó a Brasil, entregado al futbol, estará huérfano del anfitrión en la final del domingo en el Maracaná. (AP)
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Agencias
RÍO DE JANEIRO, Brasil.- Los brasileños tienen desde el martes otra herida de esas que no cicatrizan nunca, además del famoso "Maracanazo" de hace 64 años.

Brasil sufrió la peor goleada de su historia tras caer 7-1 contra Alemania en las semifinales de la Copa del Mundo. La pentacampeona, que perdió el partido decisivo del Mundial de 1950 en casa ante Uruguay, fue humillada otra vez como anfitriona por el imparable rodillo alemán, que pasó como un vendaval por Belo Horizonte, publica The Associated Press.

"Es el día más triste de la historia del fútbol brasileño", dijeron en la televisión brasileña O Globo, que emite los partidos del torneo.

Las lágrimas de los futbolistas brasileños se confundieron con las de los aficionados, que jamás pensaron terminar de semejante manera su aventura en el Mundial, que regresaba al país por primera vez desde 1950. Brasil todavía tiene pendiente el partido por el tercer lugar, pero nadie se acordará de ese resultado.

En las gradas del estadio Mineirao el público lloraba antes del entretiempo, cuando Alemania ganaba 5-0 y el destino estaba sellado. Los rostros de los futbolistas reflejaban tensión, desazón e incredulidad, aturdidos por un resultado jamás antes visto por la gloriosa "Verdeamarela".

"Yo quería ver al pueblo sonriendo. Todos saben que esto era lo más importante para mí", expresó el defensor David Luiz, bañado en lágrimas. "Siento mucha tristeza, pero hemos aprendido mucho también en la vida".

La mayor tragedia del futbol

El Maracanazo era hasta ahora la mayor tragedia del fútbol brasileño. Una derrota que hirió el orgullo del país, pero de la que apenas se conservan imágenes y testimonios por el tiempo transcurrido. La conjura para vengar aquella puñalada del destino en 2014 se hizo añicos en 90 minutos. Los que necesitó Alemania para pisotear el sueño brasileño con una goleada eterna.

"Quizá con Neymar hubiera sido de otra manera", afirmó Luis Meza, de 25 años, recordando la ausencia del goleador de la selección por una lesión. "Faltaron Neymar y (el zaguero central y capitán) Thiago (Silva), pero creo que Brasil hubiera perdido igual. No sé si por siete goles. Pero hubiera perdido", agregó Lorena Ramos, de 18 años.

La prensa internacional empezó rápido a buscar paralelismos. "Mineiranazo", "Alemaniazo", "Humillación", "Deshonra". A varias generaciones de brasileños nadie tendrá que contarles lo que pasó en Belo Horizonte. Lo siguieron por televisión y en internet. Lo comentaron por Facebook y Twitter. Y podrán verlo repetido tantas veces como quieran en YouTube o cualquiera sea la plataforma en línea del momento. Incluso los aficionados, si quieren, tendrán la oportunidad de buscar fotos de sí mismos llorando en el estadio o en cualquier FanFest del país.

Ese es el peso que cargará la selección más laureada de la historia del fútbol.

"Estoy triste por Brasil, pero mantengo la fe. Somos pentacampeones", dijo Cintia Pimenta, una carioca de 20 años que lloraba desesperadamente en la playa de Copacabana.

Peligrosa estampida 

La lluvia descargó con fuerza en Río de Janeiro antes, durante y después del partido, como anunciando lo que estaba por venir. Después del quinto gol alemán en el primer tiempo, centenares de personas empezaron a correr desde la playa hacia las calles en una estampida que generó pánico entre los que seguían el encuentro. Los numerosos agentes de policía trataron de contener las carreras, cuyo origen se desconocía.

Pero la fiesta terminó en paz. Porque no hubo fiesta. El Mundial que más ilusionó a Brasil, entregado al fútbol, hospitalario con sus visitantes y vibrando en cada partido, estará huérfano del anfitrión en la final del domingo en el Maracaná. Jugará el sábado por el tercer puesto en Brasilia contra el perdedor del duelo Argentina-Holanda, que se disputa el miércoles en Sao Paulo.

¿Otra humillación?

Queda latente, por lo tanto, otra humillación: que Argentina, archirrival futbolístico de Brasil, levante el trofeo en el templo del fútbol brasileño.

"El aficionado es el que más sufre con las frustraciones que producen las derrotas y cabe a la selección buscar un mejor resultado", dijo el exfutbolista Ronaldo, comentarista de O Globo. "Es un día triste, pero somos los pentacampeones del mundo".

"La selección paga un precio muy caro por sus errores y ahora tiene la obligación de Brasil es conquistar el tercer lugar", agregó.

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