Asesino de Connecticut planeaba ataque mucho peor

Las heroicas acciones ejercidas por personal de la escuela primaria de Newtown evitaron que Adam Lanza matara a más personas antes de suicidarse

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Desde la izquierda: Julie Lapak y Emslie Scott, de Newtown, observan al presidente Obama emitiendo un discurso de apoyo a las víctimas de la matanza en esa entidad. (Agencias)
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Agencias
NEWTOWN, Connecticut.- Adam Lanza, quien cometió la matanza en la primaria de Connecticut, le disparó cuatro veces a su madre en la cabeza antes de dirigirse a la primaria y matar a 26 personas, entre ellos 20 niños, revelaron las autoridades, a medida que surgen detalles que indican que el asesino planeaba un ataque todavía peor.

El presidente Barack prometió cambios que permitan evitar nuevas tragedias como ésta.

La matanza del viernes se trata de la peor masacre de niños escolares en la historia de Estados Unidos.

Obama llegó a la ciudad por la noche para reunirse en privado con las familias de las víctimas y tratar de consolarlas. El presidente habló a nombre de una nación en el dolor, aunque la matanza lo dejó, como a tantos otros, en busca de palabras.

El viaje fue el cuarto de Obama a alguna ciudad que haya sido escenario de una matanza colectiva con armas de fuego.

El impensable derramamiento de sangre en Connecticut pudo ser todavía peor. El gobernador de Connecticut, Dannel Malloy, dijo que Lanza se suicidó cuando la Policía entró en el edificio.

"Suponemos que cuando estaba en la segunda aula escuchó a los oficiales viniendo. Al parecer en ese momento decidió quitarse la vida", dijo Malloy en entrevista con la cadena ABC. El gobernador no habló de los motivos del ataque y un policía dijo que no han encontrado cartas o diarios que pudieran darles alguna pista.

Un grupo de agentes federales recorrió decenas de tiendas de armas y campos de tiro en Connecticut en busca de pistas que arrojen luz sobre la vida del autor de la matanza.

Preguntas al aire

Hay varias interrogantes para la Policía: ¿Por qué su madre, una divorciada adinerada, tenía un alijo de armas en la casa? ¿Qué experiencia tenía Lanza con esas armas? Y, por encima de todo, ¿qué fue lo que lo llevó a matar a niños de seis y siete años?

Todas las víctimas fueron muertas a disparos de fusil y algunas con disparos a corta distancia. Al parecer todas fueron atacadas con más de un disparo, informó el jefe del servicio forense, el médico H. Wayne Carver. De los 20 menores, ocho eran varones y 12 eran niñas.

A la pregunta de si los niños habían sufrido, Carver respondió: "Si acaso, no mucho tiempo". Sobre cuántos tiros fueron hechos, contestó: "Yo tendría suerte si pudiera decir cuántos encontré". Los padres identificaron a los niños mediante fotografías para evitarles una conmoción peor, explicó Carver.

Las autoridades informaron que Adam Lanza no tenía antecedentes penales. Se cree que padecía algún desorden de personalidad, dijo un oficial que no quiso ser identificado por no estar autorizado a hablar del tema. Otro policía, que también habló bajo condición de anonimato, dijo que al joven se le diagnosticó Asperger, una forma leve de autismo.

La gente que padece este desorden casi siempre es muy inteligente y aunque pueden frustrarse fácilmente, no hay evidencia de vínculos entre el Asperger y el comportamiento violento, de acuerdo con los expertos.

Varios actuaron como héroes

En medio de la tragedia que viven las familias que perdieron a sus pequeños hijos, hermanos o madres durante la matanza del viernes en una primaria de Connecticut, se escuchan ahora los relatos sobre varios héroes, como varios empleados de la escuela Sandy Hook que lograron evitar que la carnicería fuese peor mediante acciones abnegadas, rápidas e ingeniosas.

Algunos de ellos dieron la vida en su sacrificio.

Hubo un empleado que usó el sistema de intercomunicación para alertar a otros en la escuela que algo malo sucedía.

Un guardián arriesgó la vida al correr por los corredores advirtiendo del peligro.

Una asistente ocultó a 18 niños gateando por un depósito y luego les dio papel y crayones para que se mantuvieran tranquilos y callados.

Mientras la comunidad está abrumada por el dolor, la superintendente del distrito escolar, Janet Robinson, destacó "las increíbles acciones de heroísmo" que "al final les salvaron la vida a muchos".

"Los maestros en realidad se concentraron por completo en sus alumnos", dijo Robinson el fin de semana a los periodistas.

Después que el atacante Adam Lanza irrumpió por la puerta y comenzó a disparar, la psicóloga de la escuela Mary Sherlach y la directora Dawn Hochsprung corrieron hacia él, dijo Robinson. Hochsprung murió tratando de embestir al pistolero, dijeron las autoridades.

"Después van a llegar los buenos"

Sherlach, de 56 años, quien hubiese tenido la tarea de ayudar a los sobrevivientes a enfrentar la tragedia, murió haciendo lo que más amaba en la vida, dijo su yerno Eric Schwartz.

Victoria Soto, una maestra de 27 años, al parecer ocultó a algunos de sus alumnos en un baño o en un closet y murió tratando de protegerlos de las balas, dijo un primo de la joven, Jim Wiltsie, a la cadena ABC News. Aquéllos que conocían a Soto dijeron que no les sorprendió su acción heroica.

"Si había una profesora que se preocupaba más por sus alumnos que por ella misma era ella", comentó John Harkins, el alcalde de Stratford, el pueblo de Soto. "Eso habla por montañas de su carácter, su compromiso y su dedicación".

El maestro Theodore Varga dijo que cuando las balas comenzaron a retumbar, un guardián corrió por toda la escuela avisando que se pusieran a salvo. Al parecer el hombre sobrevivió. Todo el personal que murió eran mujeres.

"Les dijo, muchachos ¡agáchense, ocúltense!", relató Varga. "Fue realmente un héroe".

En un salón, la maestra Kaitlin Roig parapetó a sus 15 estudiantes en un baño pequeño, trancó la puerta con un estante de libros y puso el seguro. Les recomendó a los niños que se mantuvieran en silencio.

"Les dije: hay gente mala afuera ahora, pero después van a llegar los buenos", narró en el noticiero ABC News.

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