Agencias
BUENOS AIRES, Argentina- La religiosa argentina Crescencia Pérez (nacida en 1897 y fallecida en 1932), quien dedicó su vida a la educación y cuidado de niños enfermos de tuberculosis, fue proclamada este sábado beata por un enviado de la Santa Sede.
   
La ceremonia se realizó en Pergamino, 222 kilómetros al norte de Buenos Aires, donde se crió y se desempeñó la mujer, y estuvo encabezada por el cardenal Angelo Amato, enviado especial del Papa Benedicto XVI, según informó la prensa local, de acuerdo a informes de la agencia Ansa.
   
Una multitud de casi 30 mil personas acompañó la ceremonia religiosa. "Concedemos a la venerable sierva de Dios María Crescencia, virgen, religiosa profesa de la congregación de las Hijas del Huerto, que testimonió la caridad evangélica con sencillez, humildad y dulzura, que de ahora en adelante sea llamada beata", leyó el purpurado en nombre de Benedicto XVI.
   
Crescencia Pérez se involucró tanto con los niños enfermos de tuberculosis, al colaborar en centros de salud en Argentina y en Chile, que contrajo la enfermedad y terminó falleciendo por una bronconeumonía sufriente.
   
La mujer será la segunda beata argentina, después del indio mapuche Ceferino Namuncurá.
   
En la iglesia católica, un beato es un difunto cuyas virtudes han sido previamente certificadas por el Papa y puede ser honrado con culto.

La beatificación constituye el tercer paso en el camino de la canonización, después de ser Siervo de Dios, venerable y antes de ser considerado santo.