Agencias
SPINEA, Italia.- Cada vez son más las terapias que incorporan perros. Los beneficios tanto psicológicos, como sociales y comunicativos de este tipo de tratamientos están más que demostrados en los pacientes. Por eso no es de extrañar que algunos hospitales adopten un régimen de visitas más laxo que permita la entrada de mascotas a determinados pacientes, informa EuropaPress.

El caso de Giovanni y su perra Nancy es un buen ejemplo de ello.

Giovanni, un italiano de 73 años, se encontraba paseando con su perra, Nancy, cuando sufrió un ataque al corazón. Los paramédicos trataron de reanimarlo, pero el hombre entró en coma en el hospital.

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Los días fueron pasando y el estado de salud de Giovanni no mejoraba, pero no estaba solo. Su hija, Deborah estaba a su lado cuidándole y cuidando también de Nancy, la perra de su padre, cuyo comportamiento había cambiado a raíz de lo sucedido.

Un buen día, Deborah se enteró de que el hospital tenía un régimen de visitas abierto en el que las mascotas también podían ir a visitar a los pacientes. Nancy por fin pudo volver a reencontrarse con su dueño y en ese momento fue cuando se produjo el milagro.

Por primera vez en semanas, Giovanni comenzó a mostrar cambios en su cuerpo y la expresión de su rostro dibujó lo que pareció una sonrisa en sus labios que ninguno de los allí presentes jamás olvidará.

Desde entonces, Deborah se ha convertido en una fiel defensora y activista de que los hospitales de todo el mundo permitan la visita de las mascotas a los pacientes pues su mera presencia es capaz de cosas increíbles.