Agencias
BUENOS AIRES, Argentina.- La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, cumplirá este lunes cinco años de un gobierno que ha mantenido la estabilidad económica, amplió derechos sociales y volvió a estatizar los estratégicos sectores del petróleo y las jubilaciones.

En contraste con estos logros, la mandataria, que comenzó a gobernar el 10 de diciembre de 2007, enfrenta el reto de una creciente inflación que los analistas calculan en 25 por ciento anual, aunque el gobierno reconoce una tasa menor al 10 por ciento.

Además, Fernández llega a este aniversario con un desgaste en su popularidad, que ronda entre 25 y 30 por ciento, muy lejos del 54 por ciento de los votos con los que arrasó en la reelección a la que se postuló en octubre del año pasado, informa Notimex.

La prueba más visible de la antipatía que la presidenta genera en un sector de la población fueron dos sorpresivos "cacerolazos" realizados de manera masiva el 13 de septiembre y el 8 de noviembre pasados contra su gobierno.

Pese a las protestas, Fernández cuenta todavía con la ventaja de la ausencia de una oposición sólida, lo que permite al oficialismo especular con la posibilidad de reformar la Constitución para que la mandataria se vuelva a postular en las elecciones de 2015.

La principal carta del gobierno es haber mantenido el crecimiento pese a la crisis financiera internacional, ya que entre 2003 y 2007, en la gestión del fallecido esposo y antecesor de Fernández, Néstor Kirchner, Argentina creció un promedio de 9.0 por ciento anual.

En 2008, con la crisis aún incipiente, este país creció 7.1 por ciento, pero al año siguiente el coletazo impactó de lleno y apenas si evitó la recesión con un aumento del 0.9 por ciento, que se revirtió en 2010 y 2011 con un crecimiento mayor a 9.0 por ciento.

Para el cierre de este año, el gobierno confía en una expansión económica de 5.1 por ciento, que se retraería a 4.4 por ciento en 2013, de acuerdo con los cálculos oficiales, a lo que se suman tasas decrecientes de desempleo y pobreza.

Imagen en descenso

La consolidación del proyecto kirchnerista fue puesto a prueba desde el primer año de gobierno de la presidenta Fernández, ya que en abril de 2008, a cuatro meses de haber asumido, enfrentó una protesta agropecuaria que debilitó su gobierno.

Aunque perdió la pelea con las patronales agropecuarias y su entonces vicepresidente, Julio Cobos, la traicionó y votó en contra de su propuesta de aumentos impositivos a la exportación de granos, Fernández pronto retomó la iniciativa.

En octubre de 2008 la mandataria anunció la reestatización de los millonarios fondos de pensiones y jubilaciones que habían sido privatizados en la década de los 90, durante el gobierno de Carlos Menem (1989-1999).

Al año siguiente logró la aprobación de una Ley de Medios que fue su principal arma en la pelea contra el Grupo Clarín, el multimedios más importante y que desde el conflicto con los líderes agropecuarios se transformó en un férreo opositor del gobierno.

Uno de los mayores logros sociales del gobierno "cristinista" fue la aprobación, en julio de 2010, de la Ley del Matrimonio Igualitario, la que convirtió a Argentina en el primer país de América Latina en permitir las bodas entre personas del mismo sexo.

Ese mismo año, la presidenta recibió el mayor golpe emocional de su vida con la sorpresiva muerte de Kirchner, ocurrida el 27 de octubre, lo que, de manera paradójica, catapultó su popularidad hasta permitirle arrasar en las elecciones del año pasado.

Ya sin el respaldo de su compañero político y sentimental de más de 30 años, la presidenta volvió a sorprender y este año logró la reestatización de YPF, la empresa petrolera nacional que también había sido privatizada en la década de los 90.

Ahora, a los 59 años de edad, en el inicio de su sexto año de gobierno y con tres años más de gestión por delante, Fernández enfrenta, todavía vestida de luto, las presiones para que busque o no una nueva reelección.