Trump aún no gobierna y las empresas ya le 'obedecen'

El presidente electo de EU advirtió a las compañías que pagarían las consecuencias si invertían en otros países, especialmente en México.

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El presidente electo de Estados Unidos, amenazó a las empresas que si se iban a otros países, pagarían las consecuencias... y parece dispuesto a cumplirlo. (Archivo/AP)
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Agencias
WASHINGTON, D.C.- Desde su campaña rumbo a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump amedrentó a las empresas estadounidenses con no invertir en otros países para disminuir los costos de producción, pues de hacerlo tendrían que pagar más impuestos en su nación.

Parecían simples dichos para obtener votos, pero se convirtieron en realidad. Antes de que el magnate republicano asuma oficialmente el cargo, algunas compañías ya cancelaron sus proyectos e inversiones en México, publica Milenio.

La primera empresa en retirarse del mercado mexicano fue Carrier. El 24 de noviembre, Trump anunció en su cuenta de Twitter que buscaría que la compañía, dedicada a la venta de aire acondicionado, detuviera el traslado de su planta en Indiana a Nuevo León.

"Trabajando duro, incluso en Acción de Gracias, para que Carrier A.C. Company se quede en EEUU (Indiana). AVANZANDO. ¡Se sabrá pronto!", escribió.

Ante esto, la empresa dio a conocer que había mantenido pláticas con el equipo de transición del magnate pero que no tenían "aún nada qué anunciar".

Cinco días después, Carrier informó que conservaría su planta en Indiana, debido a que el presidente electo de Estados Unidos les prometió mayor competitividad y mantendría los más de mil puestos de trabajo en la empresa, con lo que detuvo una inversión de más de siete millones de dólares en Nuevo León.

La 'horrible' decisión de Ford

Otra de las compañías que decidió no invertir en México fue Ford. El 17 de noviembre, Donald Trump aseguró que Bill Ford, director de la automotriz, le dijo que no trasladaría su planta de Kentucky a México.

Ford planeaba trasladar la producción del Lincoln MKC fuera de una fábrica en Louisville de forma que pudiera fabricar más camionetas Ford Escape allí. La compañía estaba sopesando un traslado a México en un acuerdo negociado con el sindicato United Auto Workers en 2015.

En septiembre, la empresa anunció que trasladaría toda su producción de autos pequeños de Estados Unidos a México, entre ellos el Focus y el C-Max, los cuales actualmente se producen en los suburbios de Detroit.

Para ello, planeaba construir una nueva planta de ensamblaje de mil 600 millones de dólares en San Luis Potosí, donde a partir de 2018 comenzaría la producción de estos modelos.

Durante su campaña, Donald Trump criticó a Ford por esta decisión, la cual calificó de “horrible”, pues, dijo, ello solo beneficiaría a los mexicanos, ya que se crearán nuevos empleos y advirtió con aplicar una tarifa de importación del 35 por ciento a los autos fabricados en México.

Pero este 3 de enero, la compañía canceló el proyecto en San Luis Potosí y la inversión de mil 600 millones de dólares en México. En su lugar, dará 700 millones de dólares a la planta de Michigan.

Según el presidente ejecutivo de Ford, Mark Fields, la decisión de cancelar la nueva planta en México está en alguna medida relacionada con la necesidad de "usar completamente la capacidad de las instalaciones existentes", considerando una baja de las ventas de los automóviles de tamaño medio como el Ford Focus y el Fusion.

***

La última amenaza a una compañía transnacional la hizo a General Motors, a quien advirtió que si fabrica el automóvil modelo Chevy Cruze en México, deberá pagar un "gran impuesto fronterizo". Hasta el momento, la empresa no ha dado a conocer su postura al respecto.

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