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Italia.- Bomberos en Italia liberaron el martes a un bebé de siete meses y a sus dos hermanos mayores de entre los escombros de una casa, donde quedaron atrapados con su familia tras un sismo de magnitud 4 en la isla turística de Ischia.

Al menos dos personas murieron en el temblor que se produjo poco antes de las 21:00 h del lunes. Otras 39 personas sufrieron heridas y 2 mil 600 perdieron sus viviendas. Las víctimas fatales fueron una anciana atrapada en una iglesia y otra persona cuyo cuerpo sigue atrapado bajo los escombros.

Los bomberos sacaron primero a un bebé de siete meses, que parecía consciente en un video difundido por los bomberos cuando los rescatistas lo ponían a salvo. Después, sacaron a los otros dos hermanos.

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La labor era complicada, señaló el portavoz de bomberos Luca Cari. Los rescatistas se mantuvieron en contacto verbal con los niños durante la operación, explicó.

El padre de los pequeños dijo a la televisora RAI que los chicos estaban en su habitación cuando se produjo el temblor, y que su esposa estaba en otro lugar de la casa. Ella logró escapar a través de una ventana, mientras que los rescatistas llegaron en primer lugar hasta el padre.

El vocero de bomberos Luca Cari dijo que mantuvieron contacto de voz con los dos chicos durante la operación para abrir un hueco en el techo. Les dieron botellas de agua y una linterna.

El terremoto se produjo en medio de la temporada turística, y la televisión italiana mostró imágenes de personas que se refugiaban en los parques. Las autoridades organizaron un servicio de transbordadores para llevar a los turistas al continente a partir del martes por la madrugada.

Ischia y la vecina Capri son lugares tradicionales de vacaciones del jet set europeo. Casamicciola fue el epicentro de un terremoto en 1883 que dejó más de 2 mil muertos.

Imágenes de la zona mostraron muchos edificios derruidos y otros con grietas profundas en los muros exteriores entre otras señales de daños estructurales. Varios autos estaban volcados.

La magnitud de los daños dada la magnitud relativamente baja del terremoto generó interrogantes acerca de la calidad de la construcción en una zona sísmicamente activa y la existencia de estructuras ilegales.