Jóvenes cubanos ven un futuro distinto con la reconciliación con EU

Tras vivir con el deseo de salir de la isla, ahora reconsideran ese sueño al ver el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países.

|
Varios jóvenes conversan en El Malecón de La Habana, Cuba. (Agencias)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Agencias
LA HABANA, Cuba.- Daniela Martínez imaginó por mucho tiempo que algún día dejaría Cuba y se iría a Estados Unidos, donde su tío dice que la vida es mejor, pero ahora la estudiante de medicina cree que eso ya no es necesariamente la única opción.

"Él me dice que las cosas son mejores allá", dijo la joven de 18 años al tiempo que movía la cabeza otra vez hacia el norte, donde está la Florida. Con las piernas colgando de la orilla del icónico Malecón de La Habana, consideró que, luego del anuncio del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, "creo que las cosas van a mejorar".

Para una generación que creció mientras había una idea de que la mejor manera de perseguir sus sueños era salir de la isla, el anuncio ha llevado a varios a reevaluar su futuro.

Al mismo tiempo, los cubano-estadounidenses le dan vueltas a lo que un cambio podría significar para sus vidas, y algunos se preguntan si son tan significativos como para sopesar volver a la isla, una idea que hasta hace poco sonaba descabellada, según publica The Associated Press.

Las cinco décadas de alejamiento entre ambos países desde que Fidel Castro llegó al poder con la Revolución Cubana han creado una brecha en materia económica y psicológica que parece más amplia que los poco más de 144 kilómetros (89 millas) que separan la isla de la Florida. Pero una nueva etapa de las relaciones, con un incremento en los viajes y los servicios de comunicaciones, podría reducir las diferencias y crear nuevas oportunidades para unos jóvenes con menos cargas del pasado a cuestas.

Para cubanos como Martínez, eso podría implicar que se convirtiera en una doctora sin límites salariales estatales. Para otros, es la esperanza de tener acceso a internet. Algunos cubano-estadounidenses, por su parte, ven la posibilidad de iniciar negocios en su tierra natal y sus raíces, poniendo de lado la amargura de padres y abuelos que fueron arrestados, exiliados o perdieron propiedades durante la revolución.

"Mi familia siempre dijo que no regresarían hasta que Fidel muriera", dijo Vanessa García, una escritora de 35 años en Miami cuyos padres dejaron Cuba en la década de 1960. "Pero parece que eso era algo que nos dañaba más que lo que nos ayudaba en muchas maneras (y) ha durado más de lo que cualquiera habría pensado".

De hecho, algunos cambios ya están en marcha. Cuba retiró el año pasado las restricciones para viajar al extranjero, y la cultura moderna ha llegado a la isla a través de la televisión y memorias electrónicas traídas desde el exterior. Cada vez más jóvenes tienen página de Facebook, aunque no es frecuente que puedan conectarse a internet.

En el otro lado, los cubano-estadounidenses han podido realizar más visitas a la isla, donde ayudan a sus familiares a mantenerse a flote.

La nueva etapa de las relaciones, con un incremento en los viajes y los servicios de comunicaciones, podría reducir las diferencias y crear nuevas oportunidades para los jóvenes de la isla

Muchos en la Florida crecieron escuchando historias de sus padres que huían del comunismo. Les enseñaron que la revolución significó el fin de la libertad y llevó a Cuba a una tiranía. Por el contrario, los cubanos en la isla aprendieron a través de mensajes estatales que el gobierno estadounidense era el enemigo y era el ejemplo del capitalismo salvaje, además de que cualquiera que se fuera era llamado "gusano".

Sin embargo, tanto cubanos como cubano-estadounidenses han superado cualquier barrera para encontrarse y darse cuenta que tienen los mismos gestos, usan la misma jerga y les gusta la misma música.

"Cualquiera dice que el flan de su abuela es el mejor y que nadie sabe preparar un sándwich cubano como ellos", dijo Dave Sandoval, un músico en Washington.

Incluso después de años de propaganda, a los cubanos les fascinan algunos de los aspectos más emblemáticos de la cultura estadounidense.

Paula Piñeiro, una estudiante cubana de oboe de 14 años, quiere ir a Nueva York a conocer los rascacielos, y su compañero de clase Otto Rivero a Disneyland y Las Vegas, lugares que ambos conocen por la televisión.

"Queremos vivir nuevas experiencias", dijo Rivero, también de 14 años. "Me gustan los casinos. Dicen que los casinos son magníficos".

Yusset Pérez, de 30 años, llegó a Miami hace 10 meses para encontrarse con su esposa. Consiguió un trabajo como asistente administrativo en una escuela y encargado de un laboratorio de computación. Pero ahora piensa que podría abrir un negocio en la isla caribeña.

"Siempre quise mantener los vínculos, no darle la espalda a Cuba por completo", dijo Pérez en Hialeah, un barrio cubano en Miami.

Casi todos en Cuba parecen tener algún vínculo familiar en Estados Unidos, aunque la gente de ambos países llega a tener ideas distorsionadas sobre cada uno.

Beatriz García, una cubana de 25 años que enseña español a extranjeros, dijo que si bien espera que algún día Cuba pueda tener más productos y a mejores precios, no cree que todo es mejor en Estados Unidos.

"Aquí hay cosas buenas y malas", dijo. "Allá quizá tienen mejor economía, pero aquí tenemos buena educación, salud".

Por otro lado, los cubano-estadounidenses a veces miran a los cubanos en la isla como pobres y poco sofisticados, fuera del mundo moderno.

"Definitivamente se siente como una versión congelada de lo que mis abuelos decían era 1950", dijo García, la escritora en Miami.

El arquitecto Jovan Rodríguez, también en esa ciudad de la Florida, dijo que ha visto mejoras en Cuba. Por ejemplo, cuando vino en febrero de visita la casa de uno de sus familiares estaba en venta, algo que sólo fue posible gracias a reformas recientes.

Sin embargo, los extranjeros que no residan aquí y los cubanos que se hayan ido no pueden comprar viviendas, aunque él piensa que eso podría cambiar también.

"Esto cambia por completo mi pronóstico futuro sobre mi relación con Cuba", dijo Rodríguez. "En verdad espero poder regresar pronto y espero que las relaciones entre nuestras dos naciones mejoren para que eso pase".

En la Universidad de La Habana, algunos estudiantes dijeron estar conscientes de los problemas en su país, pero son optimistas del futuro.

Ernesto Gutiérrez Leyva es un joven cubano que tiene la posibilidad de ir a cualquier lugar al extranjero, pero a sus 20 años no ha salido ni una sola vez de la isla.

El joven estudiante de derecho en la Universidad de La Habana se describe a sí mismo como "una persona rara" y a quien algunos ven como "extraterrestre" porque a pesar de tener un pasaporte español y que sus papás viven en el extranjero, su meta no es radicar en ningún otro país, sino en el suyo, que espera ayudar desde dentro a que modifique su actual rumbo político y económico.

Sentado en las escalinatas de mármol que llevan a la biblioteca de la universidad, Gutiérrez dice que el anuncio le hace ver más posible los cambios.

El joven dijo que quiere viajar, como cualquier turista, y tener la posibilidad de estudiar en el extranjero, pero que su interés a futuro es siempre regresar a Cuba, un país que dice "está roto, pero hay que arreglarlo aquí".

Y en el Malecón, Martínez, la estudiante de medicina considera que hay ventajas en Cuba como tener educación gratuita.

"Quiero ir a conocer", dijo sobre Estados Unidos. "Pero vivir en Cuba".

Lo más leído

skeleton





skeleton