Juan Carlos I firma la ley por la que abdica al trono español

La firma fue refrendada por la del presidente del Gobierno español; el príncipe de Asturias será proclamado rey mañana en una austera ceremonia.

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El Rey Don Juan Carlos, tras firmar el documento de su abdicación que, posteriormente, entregó al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. (EFE/Casa de S. M. el Rey)
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Agencias
MADRID, España.- Juan Carlos I firmó hoy públicamente la ley por la que abdica del trono de España, que se hará efectiva esta medianoche, cuando será sucedido por su hijo, que reinará con el nombre de Felipe VI.

En el Palacio Real de Madrid Juan Carlos de Borbón rubricó esa ley aprobada por las dos Cámaras parlamentarias y en presencia de las principales autoridades del Estado, así como por el príncipe Felipe, futuro monarca.

La firma de Juan Carlos I fue refrendada por la del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy y a continuación el monarca se fundió en un abrazo con su hijo.

El centenar y medio de invitados prorrumpió entonces en un fuerte aplauso, que Juan Carlos de Borbón recibió con gesto emocionado.

Tras la firma, el rey cedió al príncipe de Asturias su sitio en la presidencia de la ceremonia de su abdicación, como símbolo del traspaso en la Corona de España.

Las dos hijas de Felipe de Borbón y Letizia, Leonor y Sofía, se acercaron a sus abuelos para darles un beso, y la ceremonia finalizó con el himno nacional.

El acto solemne tuvo lugar en la Sala de Columnas del Palacio Real, en el centro de Madrid, escenario de importantes actos en la historia del país, como la firma, en 1985, del Tratado de Adhesión de España a las Comunidades Europeas.

El jueves, Felipe será proclamado formalmente monarca en una ceremonia con legisladores en el Parlamento. 

La abdicación del rey y la sucesión se hará efectiva esta medianoche con la publicación de la ley promulgada en el Boletín Oficial del Estado.

Felipe de Borbón será proclamado mañana rey en un acto en el Congreso de los Diputados, ante representantes de las dos Cámaras parlamentarias y en sin ninguna elegante celebración oficial.

La crisis económica y una tasa de desempleo de 26 por ciento en España, ya ha hecho que el rey más nuevo de Europa sea relativamente frugal en las ceremonias formales de proclamación que se realizarán el jueves.

Su padre, el rey Juan Carlos, de 76 años, causó enojo cuando se fue a un safari en África en momentos en que muchos españoles pasaban por penurias económicas.

Felipe, de 46 años, parece dispuesto a estar más a tono con los españoles y evitar los errores de su antecesor.

El histórico acontecimiento es tal vez más notable porque no incluirá banquete, sólo una recepción con tapas -bocadillos- que los invitados comerán de pie. Tampoco habrá realeza o gobernantes de otros países, desfiles ni ceremonias.

Para el estándar de la realeza, esto es humilde. Los invitados a la recepción tampoco beberán champaña, sólo vino espumoso de la región de Cataluña.

"Más que nada es un mensaje", dice Pablo Pérez López, profesor de historia moderna en la Universidad de Navarra, quien opina que al mostrar sobriedad en el gasto, los monarcas "muestran un cierto sentido de solidaridad en momentos de dificultad económica".

El jueves, Felipe será proclamado formalmente monarca en una ceremonia con legisladores en el Parlamento. Aunque será una ceremonia sencilla, serán exhibidos la corona del siglo XVIII y el cetro del siglo XVII.

Después de un breve desfile militar, el rey Felipe VI y la reina Letizia recorrerán en automóvil algunas de las calles y monumentos más emblemáticos de Madrid, como el Museo del Prado y la fuente de Cibeles.

El palacio reconoció que la pompa ceremoniosa fue eliminada para mantener "los criterios de austeridad que recomiendan estos tiempos que corren".

La razón detrás de esto es fácil de entender, dice Emilio de Diego García, profesor de historia moderna en la Universidad Complutense de Madrid.

"En momentos en que cada gasto es examinado con lupa, particularmente el dinero público, cualquier ostentación hubiese sido criticada".

Juan Carlos es ampliamente reconocido por dirigir la transición democrática española después de la dictadura de Francisco Franco. Pero hubo escándalos que dañaron su reinado, como fue la investigación a su yerno, Iñaki Urdangarín, por sospechas de desfalco. Su hija menor, la princesa Cristina, tuvo que declarar como sospechosa nombrada en la causa de fraude y lavado de dinero contra su esposo.

El cambio ocurre mientras España busca recuperarse de una profunda recesión que ha dejado a unas 6 millones de personas sin empleo. También hay tensión política por los movimientos independentistas en Cataluña, en el noreste, y el País Vasco, en el norte. Esos desafíos son algunos que enfrentará Felipe.

Felipe tiene un título en derecho de la Universidad Autónoma de Madrid y un posgrado en relaciones internacionales de la Universidad Georgetown en Washington. Su esposa fue periodista y presentadora de la televisión, además de divorciada. Muchas personas opinan que ese antecedente hará que el nuevo rey esté más en sintonía con los españoles.

(Con información de EFE y The Associated Press)

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