Niños 'sirvientes', algo normal en Marruecos

La sociedad marroquí tolera que los menores sean ocupados en labores domésticas de casas adineradas.

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La servidumbre infantil es un fenómeno muy arraigado en la sociedad marroquí. La imagen cumple funciones estrictamente referenciales. (Archivo/Agencias)
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Agencias
RABAT, Marruecos.- Se estima que unos 80 mil niños y niñas son empleados para cumplir tareas domésticas y de servidumbres en casas de familias acomodadas en Marruecos, todos en edades que van de los 8 a los 15 años, algo bastante usual pero que está desatando controversias.

Los pequeños son empleados en casas de gente pudiente, a cambio simplemente de alojamiento y comida, lo que está desatando algunas crecientes críticas de sectores progresivos y entidades defensoras de los derechos humanos, de acuerdo con Ansa Latina.

Incluso, existe un proyecto de ley que está siendo examinado por el Parlamento marroquí, para que se regule esta antigua forma de esclavitud, y que asegura que sólo jóvenes de entre 16 y 18 años de edad realicen esas tareas.

Los menores, en su mayor parte, provienen de familias muy pobres, que difícilmente puedan asistir a la escuela y muy a menudo terminan siendo analfabetos. Los padres confían en las familias acomodadas, pues colocando a sus hijos allí aligeran su ya escaso presupuesto familiar y asegurar para los menores al menos un pequeño plato de sopa caliente.

El fenómeno está muy arraigado en el país, sobre todo en pequeños pueblos rurales, donde hay una alta tasa de analfabetismo.

Ahora la ley número 19.12 es un proyecto que nace con la intención de poner en evidencia esas prácticas y regular el trabajo doméstico. Organizaciones locales e internacionales, como UNICEF, se están movilizando para exigir al menos que se fije la edad mínima de los trabajadores en los 18 años.

Para sobrevivir

Las cifras del fenómeno son impactantes. De acuerdo con el colectivo de asociaciones que lucha por la defensa de los niños, los menores empleados en Marruecos como personal de mantenimiento y servidumbres en casas de familias pudientes sería de entre 60 y 80 mil.

Obligados a trabajar para sobrevivir, soportan las condiciones de vida degradantes que no corresponden a su edad e incluso a su capacidad física o mental, denuncian las ONGs.

También, de acuerdo con esas asociaciones, 30 por ciento de estos niños nunca han ingresado a un edificio de la escuela. El 49 por ciento dejó la escuela en los primeros años, el 38 por ciento de ellos, entre los 8 y 12 años de edad y por lo tanto entran tan sólo al primer ciclo de la educación.

Un 62 por ciento pertenecen al grupo de 13 a 15 años, sólo el 21 por ciento sigue en algún contacto con escuelas, aunque de vez en cuando y de forma intermitente asisten a clase.

Los datos relativos a las familias de origen indican que el 47 por ciento se clasifican como hogares pobres, 28 extremadamente pobres, el 16 por ciento son familias en situación irregular. Además, el 94 por ciento de sus madres y el 72 por ciento de sus padres son analfabetos.

Amos 'educados'

En relación a las familias que reciben a los pequeños "esclavos", el 54 por ciento se ubica entre las clases medias y 20 entre las más ricas. De esos "amos", el 53 por ciento son madres y 68 son padres que tienen un título de educación superior, tan sólo el 5 por ciento es analfabeto.

"A puertas cerradas, estas niñas son sometidas al servicio y, a veces a los caprichos de sus amos; a menudo se ven privados del afecto y la protección de los padres, de la crianza y la educación familiar, sufren de malnutrición o incluso de hambre, y suelen estar sujetos a todas las formas de violencia y abuso psicológico, físico e incluso, a veces, sexual", denuncian las entidades defensoras de los derechos humanos.

El código laboral de Marruecos no es suficiente para poner las cosas en orden, de ahí la necesidad de una ley especial, ahora en el Parlamento, para proteger a los niños; pero nada garantiza que se apruebe, pues ya incluye muchas controversias. 

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