Norcorea, lejos de tener misiles confiables

Washington y sus aliados buscan imponer nuevas sanciones por el lanzamiento, al que consideran una prueba balística con intenciones bélicas.

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Cohete Unha-3 lanzado por Corea del Norte desde un centro espacial en las afueras de Pyongyang. (Agencias)
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Agencias
SEUL, Corea del Sur.- Después de 14 años de meticuloso trabajo, Corea del Norte finalmente lanzó un cohete que puede colocar un satélite en órbita. Pero esto no significa que el huraño país esté cerca de tener un misil balístico intercontinental.

Los expertos opinan que Pyongyang está a años de incluso tener la oportunidad de desarrollar misiles confiables que puedan alcanzar territorio estadounidense y otros objetivos distantes, aunque sí se ganó la atención y provocó la indignación de líderes mundiales el miércoles después de su primer lanzamiento exitoso de un cohete trifásico de largo alcance.

Un programa de misiles se construye con décadas de pruebas sistemáticas y complejas, algo extremadamente difícil para un país con agobios económicos que enfrenta sanciones y la desaprobación del mundo cada vez que realiza un costoso lanzamiento.

Corea del Norte necesitará misiles más grandes y confiables, y armas nucleares más avanzadas para amenazar las costas de Estados Unidos, aunque ya sea una amenaza para sus vecinos.

"Un éxito indica progreso, pero no victoria, y hay una gran brecha entre ser capaz de crear un sistema que funcione y tener uno que sea lo suficientemente confiable para uso militar", dijo Brian Weeden, ex oficial del Mando Espacial de la Fuerza Aérea estadounidense y asesor técnico de Secure World Foundation, un centro de análisis de política espacial, según informa Associated Press.

El joven líder norcoreano, Kim Jong Un, dijo que el lanzamiento "consolida más" el estatus del país como "potencia espacial", reportó la prensa oficial el jueves.

Washington y sus aliados buscan imponer nuevas sanciones por el lanzamiento, al que consideran una prueba balística con intenciones bélicas.

La ONU condenó lanzamiento y la Casa Blanca lo consideró como una amenaza a la seguridad regional.

En Pyongyang , los norcoreanos bebieron cerveza y bailaron en las calles para festejar el lanzamiento.

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