¿Para qué intervendría Estados Unidos en Siria?

Washington no tiene intenciones de derrocar a Bashar al Assad, sino castigarlo por violar acuerdos internacionales sobre armas químicas.

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Obama había advertido que Siria 'cruzó la línea roja'. (Agencias)
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Agencias
WASHINGTON, D.C.- El gobierno del presidente Barack Obama trataba el martes de fortalecer su posición sobre una posible acción militar contra Siria en unos días, y las agencias de inteligencia preparaban la difusión de comunicaciones interceptadas con la intención de probar que Bashar al Assad perpetró un ataque en gran escala con armas químicas contra civiles. "No hay duda sobre quién es responsable de este atroz uso de armas químicas en Siria: el régimen sirio", dijo el vicepresidente Joe Biden.

Es improbable que Estados Unidos y socios internacionales inicien acciones militares antes del jueves, ya que ese día el primer ministro británico David Cameron convocará una reunión de emergencia del Parlamento en la que se espera que los legisladores voten sobre una moción que permita una respuesta de Gran Bretaña al presunto ataque con armas químicas.

Funcionarios del gobierno estadunidense argumentaron que las acciones de al Assad representan una amenaza directa a la seguridad nacional de Estados Unidos, proporcionando a Obama una potencial justificación legal para lanzar un ataque sin la autorización de las Naciones Unidas o del Congreso. 

Sin embargo, los funcionarios no proporcionaron detalles de por qué Estados Unidos se consideraba directamente amenazado por un ataque contenido dentro de las fronteras de Sirias; tampoco presentaron pruebas concretas de que al Assad fue responsable.

"Las opciones que estamos considerando no son sobre cambio de régimen"

"Permitir que ocurra la utilización de armas químicas en una escala significativa sin una respuesta presentaría un reto significativo, amenazaría la seguridad nacional de Estados Unidos", dijo el vocero de la Casa Blanca Jay Carney.

Assad ha negado haber utilizado armas químicas y calificó las acusaciones como "absurdas".

Obama sopesa una respuesta enfocada específicamente en castigar a Assad por violar acuerdos internacionales que prohíben el uso de armas químicas. Funcionarios dijeron que el objetivo no era derrocarlo ni impactar el curso de la sangrienta guerra civil de Siria, ahora en su tercer año.

"Las opciones que estamos considerando no son sobre cambio de régimen", dijo Carney a reporteros.

Según funcionarios estadunidenses, la operación más probable será mayormente desde el mar, con ataques provenientes de barcos de guerra de la Marina desplegados en el Mar Mediterráneo. Con frecuencia se utilizan aviones para monitorear el área y proteger barcos, pero el robusto sistema de defensa antiaérea de Siria dificulta más los ataques aéreos y los hace más riesgosos.

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Chuck Hagel, dijo que las fuerzas militares están listas para atacar Siria inmediatamente si el comandante en jefe da la orden. La Marina de Guerra tiene cuatro destructores en el Mediterráneo oriental con rangos de objetivo dentro de Siria y además cuenta con aviones de combate en la región.

"Estamos listos", dijo Hagel durante una entrevista por televisión durante su viaje en Asia.

Además, antes de cualquier ataque, Estados Unidos planea publicar información adicional de inteligencia que, asegura, vinculará directamente a Assad a los ataques ocurridos el 21 de agosto en los suburbios de Damasco. Activistas sirios dicen que murieron cientos de personas en el ataque. 

Obama habla en serio

Mientras el gobierno del presidente Barack Obama se apresta a atacar a Siria en castigo por presuntos ataques con armas químicas a su propio pueblo, ya abundan las preguntas sobre el posible desenlace.

Especialistas en seguridad nacional, incluso algunos funcionarios, se preguntan cómo un ataque limitado afectará realmente al presidente Bashar Assad: ¿lo ablandará o, por el contrario, lo endurecerá en su posición? Y no está claro hasta qué punto una operación militar ayudaría a la acosada y dividida oposición siria o reduciría los temores de que un eventual régimen de rebeldes intransigentes no sea favorable a Estados Unidos.

Una operación acotada y a corto plazo podría ser una solución de compromiso entre un alto mando militar renuente a intervenir en una guerra civil y una Casa Blanca resuelta a demostrar que el presidente Barack Obama hablaba en serio cuando dijo el año pasado que emplear armas químicas significaría cruzar una "línea roja".

El objetivo mayor es causarle tales daños a las fuerzas armadas y el armamento del gobierno sirio, que le resultará difícil realizar nuevos ataques con armas químicas y obligará a Assad a pensarlo dos veces antes de volver a usarlas.

Cambio de régimen

La alta jerarquía de la seguridad nacional se reunió nuevamente el martes en la Casa Blanca, al acercarse el momento de un ataque casi seguro en los próximos días. Este probablemente se realizará mediante misiles cruceros Tomahawk desde buques de guerra estadounidenses en el Mediterráneo. La Armada tiene cuatro destroyers en el Mediterráneo oriental y se prevé que Gran Bretaña también participará de un ataque.

Ante la inminencia de la acción militar se han multiplicado los debates sobre qué espera lograr Washington y si una campaña acotada -de algunas horas o un par de días- ayudaría al objetivo de derrocar a Assad u obligar a Siria a adoptar formas de gobierno más democráticas. El gobierno dice que sus objetivos no son demasiado ambiciosos.

"Las opciones que estudiamos no incluyen un cambio de régimen", dijo el vocero de la Casa Blanca, Jay Carney.

Anthony Cordesman, especialista en seguridad nacional del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, duda de que una medida militar estadounidense tenga consecuencias duraderas.

"Uno puede alcanzar blancos de valor político y de valor militar", dijo. "Pero eso no determina el desenlace ni brinda seguridad a la gente, y por cierto que no le impide a Assad seguir adelante. Al fin y al cabo, se parece más a ganar una pelea en el patio de la escuela que a lograr algo de importancia estratégica".

Desatar armas químicas

Uno de los principales detractores es el militar de mayor graduación, general Martin Dempsey, jefe del Estado Mayor Conjunto, quien expresó su renuencia en una carta al senador Carl Levin, presidente de la Comisión de las Fuerzas Armadas de la cámara alta.

Dempsey dijo que los ataques militares podrían ayudar a la oposición y presionar a Assad, pero añadió que la última década de guerras en Irak y Afganistán demuestra que "no basta alterar el equilibrio de poder militar sin tener cuidadosamente en cuenta lo que se necesita para mantener un estado en funcionamiento".

Bashar al Assad ha negado reiteradamente haber lanzado ataques con armas químicas

Advirtió que si se derrumba el gobierno sin que exista una oposición capaz de reemplazarlo, "podríamos sin quererlo empoderar a extremistas o desatar justamente las armas químicas que tratamos controlar".

Dempsey dijo que una operación limitada requeriría cientos de ataques misilísticos a la defensa aérea, los sistemas armamentistas, las instalaciones militares y centros de mando; de acuerdo con la duración del ataque y la cantidad de elementos navales y aéreos utilizados, el costo podría ascender a miles de millones de dólares.

Christopher Griffin, director ejecutivo del instituto Foreign Policy Initiative con sede en Washington, puso en duda la prudencia de lanzar una operación acotada para castigar a Assad.

"Una operación militar emprendida con el solo fin de enviar un mensaje enviaría el mensaje equivocado", dijo Griffin. Socavaría tanto la política explícita del presidente de que Assad debe caer como la intención explícita del gobierno de colaborar con una oposición moderada".

Amplia estrategia

El mismo analista y otros aluden al anuncio que hizo Obama hace algunas semanas, de que Estados Unidos enviaría diversas armas a los rebeldes sirios. Hasta el momento, según funcionarios consultados, no se han entregado armas.

Los ataques militares, dijo Griffin, deben ser "parte de una estrategia más amplia para obligar a Assad a renunciar, crear una oposición moderada con la cual podamos trabajar y preparar el futuro de Siria".

Richard Haass, presidente del Consejo de Relaciones Exteriores, dijo entregar armas "significativas" a los rebeldes sería la mejor manera de prefigurar el campo de batalla y afectar el desenlace en Siria.

"Creo que los ataques, con solo ocurrir, constituyen un éxito en sentido estrecho", dijo Haass. "Les demuestra que no pueden usar esas armas y salirse con la suya. "Si los sirios siguen masacrando -y yo creo que probablemente lo harían- a sus conciudadanos a medida que se prolonga la guerra civil, Estados Unidos tiene otros medios para contrarrestarlo en lugar de la participación militar directa. Por eso he argumentado y seguiré argumentando a favor de armar a la oposición".

Según indican los precedentes, Estados Unidos probablemente lanzará un aluvión de misiles desde los cuatro destroyers en el Mediterráneo. Las salvas iniciales durarían varias horas y luego habría un período de evaluación de los impactos por medio de imágenes satelitales y otros recursos. Después podría haber una o dos salvas más de misiles mientras se evalúan los progresos.

El primer temor sería de una represalia por parte de Assad y que miles de sirios se lancen a cruzar las fronteras a Turquía y Jordania.

"Si a Bashar al Assad no le tembló la mano al usar armas químicas contra sus propios civiles cuando dormían, ¿qué le impedirá usarlas contra turcos, jordanos o israelíes dormidos?", se preguntó Michael Rubin, del American Enterprise Institute.

"Esa es la hipótesis de pesadilla, la que estarían evaluando en este momento Estados Unidos y el Pentágono para determinar qué se puede hacer para detener esa represalia y qué haríamos si este conflicto y las armas químicas cruzaran las fronteras internacionales".

En un sentido más amplio, políticos y observadores coinciden en que Estados Unidos prácticamente no tiene alternativa a dar algún tipo de respuesta.

(Con información de AP)

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