Políticos se cuelgan de sus perros para ganar votos

Las campañas de Carolina del Norte se han vuelto una contienda donde las estrellas son las mascotas de los candidatos.

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Fotografía del 27 de agosto de 2014 tomada de un anuncio de TV muestra a Boots McMaster, el bulldog de Henry McMaster, un republicano que busca la vicegubernatura de Carolina del Sur. (Agencias)
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Agencias
CHARLESTON, Carolina del Sur.- De cierta forma, las campañas políticas en Carolina del Sur están como perros y gatos.

Boots McMaster, un bulldog sin posibilidad de resultar electo, es un conocido rostro político esta temporada electoral. A él le siguen los schnauzers miniatura Ace y Angel Ervin, y un labrador con el emblemático nombre político de Strom.

En una era en la que casi la mitad de los hogares estadounidenses tienen perros como mascota, varios políticos de Carolina del Sur comparten sus anuncios publicitarios con sus perros, según publica The Associated Press.

El más conocido parece ser Boots, el bulldog que aparece con el republicano Henry McMaster en los anuncios de televisión para su campaña por la vicegubernatura.

En su portal de campaña, hay un enlace para el anuncio con Boots. Y por una contribución de 100 dólares, el público puede conseguir una fotografía del candidato y de Boots "firmada" por ambos.

Cuando el candidato independiente a la gubernatura Tom Ervin publicó su primer anunció en periódico el mes pasado, tenían una foto de Ervin con su esposa, Kathryn, cargando a sus perros Ace y Angel. 

El republicano Hugh Weathers, quien busca reelegirse como comisionado de agricultura, tiene una foto suya en su portal donde está acompañado por su esposa, Blanche, y por sus springer spaniels, Hub y Baby Girl.

Y en una revisión rápida, varios candidatos a la Cámara de Representantes tienen fotos con sus perros en sus páginas de Facebook. Entre ellos está el representante estatal Chip Limehouse, con una foto de familia que incluye a su perro Strom.

Los estadounidenses han sentido fascinación por los perros de los líderes políticos desde hace tiempo. La adopción de un segundo perro de aguas portugués por parte de la familia Obama el año pasado se convirtió en noticia. En el gobierno de George W. Bush, su perro Barney mordió a un reportero.

También Richard Nixon tenía a su cocker spaniel Checkers, y el Scottish terrier negro de Franklin Delano Roosevelt, Fala, quedó inmortalizado en escultura en el FDR Memorial de Washington.

El grupo Humane Society reportó que la tenencia de perros se ha triplicado en las últimas cuatro décadas, y que ahora 47 por cientos de los hogares estadounidenses tienen al menos un perro.

"Los perros son ahora parte de nuestra cultura mucho más que en el pasado, y usar un perro en un anuncio humaniza y permite al votante adentrarse en la familia un poco más", dijo Gibbs Knotts, politólogo del College of Charleston.

No le digan esto a Boots, pero los anuncios con perros, aunque útiles para presentar a un candidato a los votantes, podrían ser poco efectivos para conseguir votos.

"Los anuncios más efectivos son en los que se contrastan las posiciones de un candidato con las de la oposición", dijo Knoots. "Los anuncios negativos, aunque siempre decimos que no nos gustan, tienden a funcionar".

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